Otoño en el Real Jardín Botánico
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Respirando otoño. Eso afirman hoy desde el Real Jardín Botánico al mostrarnos una de las fotos que pretenden conducirnos hasta ese refugio en pleno centro Madrid, ahora iluminado con encendidos colores propios de la estación. Además, sus senderos ya están de nuevo alfombrados de hojarasca «una alfombra de hojas para que tu pisar sea mullido, cantarín, colorista y aromático».
Un año más, sí, pero no igual, porque cada otoño se observa de una manera diferente y cada mirada nos trae una nueva imagen.
El Jardín Botánico de Madridse vuelve coqueto, muy coqueto, durante el otoño. Siempre lo digo. Presume y pasea delante de árboles y arbustos; se para en las glorietas y ante algunas esculturas; y camina sobre las hojas, todo para que tengamos la certeza de que es una verdadera lástima perderse ese espectáculo si vives o visitas Madrid en esta época del año.
Pero, a pesar de ser tan «presumido», el Real Jardín Botánico no olvida su faceta divulgativa. Cuando recorres ese jardín a través de sus fotos, no solo descubres belleza, sino también detalles curiosos que dan aún más valor a las imágenes que muestran, y no me refiero solo a las coloridas hojas de otoño, sino también a los frutos de árboles y arbustos que se conservan en ese jardín.
Un buen ejemplo es la fotografía del arce japonés (Acer palmatum) y sus frutos, denominados disámara porque están formados por dos sámaras, es decir, frutos secos que no se abren por una valva (indehiscente). En el caso del arce, la semilla está a un lado del fruto con el ala extendiéndose hacia el otro lado, de modo que gira sobre sí mismo en espiral y retarda su caída.
Por cierto, que en una de las fotografías aparece un arce japonés muy bien acompañado por los frutos de color púrpura de Callicarpa bodinieri, ese vistoso arbusto que mostraba hace unos días.
Entre los tonos dorados, no podían faltar algunas pinceladas de color rojo, tan común en los frutos de otoño, como los del cotoneaster, en este caso, Cotoneaster pannosus.
Además, este año también presumen de algunos de sus bonsáis y, entre otras imágenes, se ha visto la preciosa foto de un tilo silvestre o tilo de hoja pequeña (Tilia Cordata) que nos descubre la belleza de sus hojas acorazonadas amarilleando.
Y, siguiendo con hojas de otoño, también nos descubren un dato muy curioso. Al parecer las preciosas hojas del katsura (Cercidiphyllum japonicum) tienen un ligero olor a algodón de azúcar.
Para poner un broche de oro a este paseo, no podía faltar un clásico, como la imagen que muestra la estatua de “La Niña”, realizada por el escultor Julio López Hernández, que está situada en el centro de una glorieta rodeada de tilos, dedicada a los Jardines por la Paz.
Estatua de «La Niña» en la glorieta, rodeada de tilos (Tilia), dedicada a los Jardines por la Paz
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Parrotia persica. Otoño en el Real Jardín Botánico
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Paseo de Lagasca. Otoño en el Real Jardín Botánico
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Tapiz de hojarasca y Celtis sinensis en los senderos del Real Jardín Botánico
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Arce japonés (Acer palmatum) |
Glorieta de los Castaños. Otoño en el Real Jardín Botánico
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Frutos de Cotoneaster pannosus. Otoño en el Real Jardín Botánico
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Katsura (Cercidiphyllum japonicum)
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Hojas de Katsura (Cercidiphyllum japonicum)
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Alfombras de hojas de otoño en el Real Jardín Botánico
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Bonsáis – Otoño en el Real Jardín Botánico
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Tilio cordata – bonsai
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Frutos de Callicarpa bodinieri y hojas de Arce japones (Acer palmatum)
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Otoño en el Real Jardín Botánico
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fotoS| marisa esteba (© RJB-CSIC)
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