“Después de todo, este puente es del pueblo” así termina el artículo que se publica hoy en el diario británico The Telegraph, titulado “Mi nuevo Puente-Jardín será un paraíso flotante para los londinenses”.
Ese artículo recoge la entrevista realizada en exclusiva al diseñador Thomas Heatherwick, creador del proyecto del polémico puente-jardín, que obtuvo luz verde -justo antes de las pasadas Navidades- por parte del Ayuntamiento de Londres.
Son 1.000 metros cúbicos de tierra que alojarán 270 árboles, así como arbustos; plantas trepadoras; setos y flores. Todo ello cubriendo ese puente de 30 metros de ancho y 366 metros de largo. La construcción del puente sobre el río Támesis podría comenzar este mismo año.
¿Por qué es polémico?
Supongo que, como sucede con proyectos ambiciosos, se puede encontrar numerosas ventajas pero, inevitablemente, siempre existen inconvenientes.
Entre ellos, se ha señalado su elevado coste (175 millones de libras, de las que 60 millones proceden de fondos públicos y el resto se obtendrá a través de donaciones). La ubicación tampoco está exenta de polémica y hay quien señala que arruinará las vistas junto al Támesis desde Westminster hasta St. Paul’s Cathedral.
También hay quien afirma que no es más que una imitación del parque High Line de Nueva York y no parece posible alcanzar el éxito de ese peculiar jardín sobre las antiguas vías de tren de la gran manzana. El proyecto tampoco se libra del descontento de los ciclistas, que no podrán circular por el futuro puente-jardín.
¿Cómo será ese jardín sobre el Támesis?
El encargado de diseñar el jardín es el conocido (y reconocido) diseñador de jardines y plantsman, Dan Pearson. En el proyecto han dejado claro que no se trata de poner unas macetas sobre el puente, sino de crear “un verdadero jardín, con el olor de las hojas con moho y el cambio de colores”. Se entiende que seguirán aspectos vinculados a la «Nueva Ola de Perennes» y buscarán un jardín que ofrezca belleza a lo largo de las cuatro estaciones.
Heatherwick, que es conocido como el heredero de Leonardo da Vinci, por sus extraordinarios diseños, tiene todo calculado para soportar esos 1.000 metros cúbicos de tierra. Dos enormes jardineras metálicas darán la opción a crear camas con una profundidad que irá entre 2 metros y medio metro, para permitir que las plantas y árboles puedan desarrollar las raíces adecuadamente.
Dicho queda y serán los londinenses y expertos quienes opinen y juzguen. Es un tema que, por su envergadura, no se puede valorar a la ligera, pero lo que sí es cierto es que cuando hablan de jardines urbanos, los ojos siempre chispean un poco. Habrá que estar atentos a los detalles y escuchar lo que tienen que decir quienes están capacitados para emitir juicios de valor con criterio.
Mientras tanto, aquí está ese proyecto de Puente-Jardín londinense y estaremos pendientes de conocer cuáles serán esas plantas que lucirán sobre el río Támesis.
Fuente: The Telegraph Fotos: Garden Bridge Trust