Solemos querer una habitación con vistas o, por qué no… un lugar de trabajo con vistas. Sin embargo, cuando miramos a través de la ventana, el mundo no siempre se muestra igual, porque parece que nos asomamos a la cara menos amable. Claro que, en ocasiones, tenemos suerte y las vistas no solo nos gustan, sino que además prometen.
Grandes promesas tiene que ofrecer una ventana que muestra los campos de bulbos en flor, de tal modo que se convierten en un auténtico espectáculo. Casi podría decirse que son vistas a Keukenhof, pero, aunque estamos hablando de los Países Bajos, no estamos en Keukenhof, sino en una casa de campo de 150 años, donde vive Carlos van der Veek , experto en el cultivo de bulbos de flor. Apasionado, habría que decir. Y no solo son los campos de cultivo que explota para su comercialización, sino también la exclusiva colección de bulbos de flores que rodean su casa. Decidió residir cerca del trabajo o trabajar cerca de casa, no importa el orden, porque el resultado es el mismo: vive de acuerdo a las estaciones y disfruta con las vistas cuando quiere darse un respiro.
Lirios, dalias, amarilis, jacintos, narcisos, tulipanes y más; todas sus flores rodeando la casa para recordarle que ese es su medio de vida, pero también su jardín. Creo que no está nada mal empezar así el día. Así lo voy a empezar yo también, porque llevo varios días mirando por la ventana y estas vistas que he encontrado hoy me gustan, ya lo creo que sí. Si queréis asomaros, estáis invitados. Estamos en Burgerbrug, provincia de Noord Holland, en el noroeste de Holanda y vamos a ver muchas flores, algún que otro conejo que asoma entre ellas, algún que otro tulipán que se cuela entre narcisos o algún narciso que aparece donde no le corresponde; nuestra ventana tendrá vistas y creo que nos vamos a quedar un buen rato asomados a la primavera en flor.
Fotos | Carlos van der Veek