Ideales para jardines de vida silvestre, los girasoles no solo siguen la luz del sol del verano cuando son jóvenes, también les encantan los polinizadores, a los que atraen con la coloración atractiva de sus flores. A pesar de que se trata de una planta esencialmente agrícola, las cualidades ornamentales de Helianthus annuus, los girasoles anuales, han permitido que estas plantas herbáceas de la familia de las margaritas, y sus numerosos cultivares, sean populares en los jardines desde el siglo XVIII.
Planta agrícola que lleva siglos cultivándose en los jardines
No creo que haya una flor más conocida y apreciada que la del girasol (Helianthus annuus), una planta esencialmente agrícola que se ha colado también en los jardines, donde cosechan y siembran sus semillas hasta los niños.
El girasol (Helianthus annuus) es originiario de las regiones templadas de América del Norte, donde crece en terrenos alterados en lugares abiertos y soleados, aunque como cultivo agrícola se ha extendido mundialmente.
Fueron los colonos españoles los que a finales del siglo XVI trajeron a la Península Ibérica diferentes variedades de girasol procedentes de Perú, México y las grandes llanuras de Texas, que después se expandieron sobre los grandes ejes comerciales de la época: Italia, Egipto, Afganistán, India y China.
En Europa, el girasol se cultivó exclusivamente como planta ornamental durante casi 250 años. Posteriormente se fueron descubriendo otros usos y, en 1716, el aceite de girasol comenzó a utilizarse en la industria como materia prima para la fabricación de pinturas y curtidos. No obstante, no hay que obviar que Rusia fue el primer país en cultivar y propagar a gran escala el girasol para obtener aceite vegetal.
Una flor muy culinaria
Las semillas de girasol se utilizan para aceite de cocina, alimento para el ganado y como refrigerio o guarnición. Los pétalos son comestibles y los capullos jóvenes se pueden cocer al vapor como las alcachofas.
El aceite que se obtiene de sus semillas se distingue por su buen sabor, perfecta digestibilidad y buen color. Bien refinado, es excelente, y con frecuencia los médicos lo recomiendan como dietético para reducir los niveles de colesterol en sangre.
Diseccionando los girasoles (Helianthus annuus)
Los girasoles (Helianthus annuus) son plantas herbáceas anuales de rápido crecimiento, que en estado silvestre pueden alcanzar entre 1 y 3 metros de altura. La especie pertenece a la familia de las margaritas (Asteraceae) y al género Helianthus, en el que hay unas 55 especies aceptadas, que incluyen plantas herbáceas anuales y perennes.
Las hojas del girasol, de gran tamaño, son alternas y opuestas, con márgenes dentados y forma lanceolada que en ocasiones toman la forma de corazón. Tanto la cara como el envés de las hojas son pubescentes, razón por la que presenta esa característica aspereza al tacto. Según los cultivares, el tamaño varía entre 10 y 25 centímetros de longitud.
Las flores, sostenidas por un tallo pubescente grueso, están reunidas en una inflorescencia racimosa –llamada «capítulo» y característica de las margaritas– y tienen forma de disco plano. Los rayos son amarillos y las flores del disco son de color marrón a amarillo a naranja. Florece de mediados a finales del verano.
El número de flores fértiles varia tremendamente, ya que puede oscilar entre 16 y 1.200, pudiendo encontrarse algunos ejemplos extraordinarios en los que el girasol ha llegado a desarrollar 2.000 flores fértiles.
A pesar de ser flores bisexuales, la fecundación es generalmente cruzada. Los insectos, principalmente las abejas, son atraídos por la coloración atractiva de las flores estériles, trasportando el polen a otras flores que visitan.
Es bien conocido que, cada mañana, la cabeza de girasol joven sigue al sol en su ruta de este a oeste, como agujas de un reloj, una cualidad conocida como heliotropismo o fototropismo. Pero, a medida que la planta envejece y el tallo se endurece, este movimiento cesa y desde ese momento la cabeza madura generalmente mira hacia el este hasta que la planta se muere.
Un universo de cultivares y colores de flores de girasol
La hibridación ha producido numerosos cultivares de girasol, ampliando la gama de colores de flores del amarillo común al rojo, caoba, bronce, blanco y bicolores; así como variedades enanas y gigantescas, incluso aquellas con cabezas de flores dobles.
Son especialmente llamativos los cultivares de flores rosadas, como Helianthus annuus ‘Cherry Rose’; los de flores dobles, como ‘Starburst Lemon Aura’ o semidobles, como ‘Greenburst’; o las flores en rojo casi negro de ‘Red Wave’.
Cultivo ornamental del girasol (Helianthus annuus)
El girasol anual (Helianthus annuus) es una planta muy rústica, que se adapta a diversos climas (templados, tropicales y mediterráneos). En el jardín, se comporta mejor en un sitio abierto y soleado; y en un suelo húmedo y drenante, porque es poco tolerante al encharcamiento. Prospera tanto en terrenos ácidos como en básicos, pero no le gusta la salinidad del suelo.
Conviene tener en cuenta que esta planta necesita temperaturas ligeramente elevadas para desarrollarse bien y suele florecer mejor en veranos largos y calurosos. También es interesante saber que el crecimiento del girasol se puede aumentar colocándolo contra una pared soleada.
En cuanto a su rusticidad, el girasol resiste moderadamente las bajas temperaturas y la sequía, gracias a la profundidad y gran desarrollo de su sistema radicular, que es capaz de aprovechar la humedad de las capas profundas del suelo. Además, la epidermis pubescente que cubre el tallo y las hojas resguarda a la planta del calor.
Aunque con un buen sistema radicular las plantas son generalmente fuertes y no requieren estacas, algunas variedades de girasoles de mayor altura pueden necesitar apoyo.
Sembrando y cultivando girasoles anuales
Las semillas de girasol se pueden sembrar directamente cuando el suelo esté tibio (generalmente a partir de mediados de abril) o, si se prefiere, hacerlo en semilleros y trasplantar las plántulas después de que haya pasado todo peligro de heladas. Se deben sembrar las semillas a 5 centímetros de profundidad, con 30 centímetros entre hileras para variedades pequeñas y 45 centímetros para variedades grandes.
Para extender el período de floración, se pueden plantar las semillas en intervalos de una a tres semanas, o plantando variedades que maduren en diferentes momentos.
Conviene regar los girasoles regularmente 20 días antes y después de la floración para fomentar el crecimiento abundante de las raíces, lo cual es útil con variedades de girasol más altas que tienen flores pesadas en la parte superior.
Girasoles anuales para la vida silvestre en el jardín
Ideal en plantación masiva en borduras de anuales y en jardines para flor de corte, el girasol es también adecuado para jardines estilo cottage y jardines de vida silvestre que atraen mariposas y otros insectos polinizadores.
Especie melífera por excelencia, las abejas encuentran que las flores de los girasoles son útiles, no solo para obtener el néctar, sino también para la cera de sus colmenas. Además, el girasol tiene la cualidad de convertirse en una planta nutricia u hospedera para varias especies de polillas y mariposas.
Eso sí, no debemos olvidar que las variedades «sin polen», que suelen seleccionarse para el cultivo como flores cortadas, no proporcionan ningún beneficio para los insectos polinizadores.
En cuanto a las aves silvestres, nada más atractivo que ver a los pájaros posarse para comer las sabrosas semillas ovoides y algo aplanadas, las populares pipas que forman parte del paisaje español en los bancos de las plazas, a medida que las cabezas de semillas de flores maduran.
Para secar las semillas del girasol hay que cortar toda la cabeza de semillas cuando las flores comienzan a marchitarse. Después se introduce en una bolsa de papel y ésta se coloca en un lugar seco, oscuro y cálido para que se seque. La planta muere al final de su ciclo anual y en la próxima primavera, vuelta a empezar con una nueva siembra.
Fotos: Clive Nichols
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