La naturaleza y el hombre a veces construyen en armonía. Hace más de 2.000 años se inició la extracción de turba de las llanuras aluviales, entre los ríos Avre y Somme en Amiens, en la región francesa de Hauts-de-France. Las islas fértiles que resultaron de esa extracción fueron aprovechadas por los romanos para el cultivo de hortalizas. La producción creció y se extendió por la zona pantanosa. Hablamos de los “pequeños jardines flotantes” conocidos como los Hortillonnages de Amiens, un espacio de 300 hectáreas de antiguos pantanos.
Los Hortillonnages forman un paisaje acuático, con jardines secretos y huertos definidos por pequeños canales conocidos como rieux. En su apogeo estos jardines fueron más de 1.000 en número, que varían en tamaño de una a varias hectáreas. En ellos se cultivan frutas y hortalizas para la ciudad, pasando de padres a hijos durante generaciones.
Hoy en día solo quedan cultivadas 25 hectáreas y menos de una docena de hortillons. El resto se ha transformado en lugares de recreo y residencias secundarias. Todos los sábados por la mañana los marismeños de los Horitllonnages se reúnen en la plaza Parmentier de Amiens para vender sus productos frescos y cada año, el tercer domingo del mes de Junio, celebran una fiesta en la que recrea el mercado sobre el agua como se hacía antaño.
Anualmente L’association pour la sauvegarde du site et de l’environnement des hortillonnages organiza visitas desde el 1 de Abril hasta el 31 de Octubre. Si alguien se quiere animar os dejo enlaces con más información. Mientras tanto, para los que nos quedamos en tierra siempre nos quedaran imágenes y vídeo.
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