El Jardín del Agua de Beth Chatto incluye una serie de estanques y plantas amantes de la humedad que invaden ese espacio de una poderosa sensación de exuberancia tropical. Con una amplia gama de tonos de verde como color predominante, desde la hierba hasta el follaje de árboles y plantas, es una zona ideal para días calurosos, donde la temperatura es varios grados más fresca que en el resto de los jardines.
Jardín de agua de Beth Chatto
El Jardín de Agua (Water Garden) de Beth Chatto Gardens se creó a partir de un hueco muy húmedo y cubierto de maleza por el que discurría un arroyo alimentado por un manantial. La creación de esta área está bien documentada en el libro de Beth Chatto The Damp Garden, publicado por primera vez en 1982.
Cuatro estanques en terrazas que caen en cascada por el valle
Hoy en día, a ambos lados del jardín hay cuatro estanques en terrazas que caen en cascada por el valle unidos por ese arroyo (Elmstead Brook), que fue represado específicamente para llenarlos. Esto le permitió cultivar una gama más amplia de plantas amantes de la humedad, que no sobrevivirían en los suelos drenantes que se encuentran en otras partes del jardín.
Alrededor de esos estanques crecen praderas de hierba bordeadas de exuberantes plantaciones, con especies como la gigante Gunnera y otras plantas amantes de la humedad como Hosta, Darmera, lirios de agua (Iris pseudoacorus) y calas (Zantedeschia aethiopica), entre otras muchas especies y variedades. Pero si hay algo impresionante en ese jardín húmedo es la atmosfera que se crea con la sombra de los grandes robles y sauces llorones.
Las plantas que se muestran creciendo en los estanques o cerca de la orilla del agua incluyen Pontederia cordata, Butomis umbellatus, Gunnera manicata y Thalia dealbata.
Las plantas de los lechos circundantes incluyen Bistorta amplexicaulis (sin. Persicaria amplexicaulis ), Euphorbia palustris, Carex elata ‘Aurea’, Lythrum salicaria y Veronicastrum virginicum.
Una bordura rejuvenecida
Recientemente se ha renovado un área de plantación en el jardín de agua, ubicada justo debajo de la casa de Beth Chatto, con la intención de agregar un toque de color.
El proceso, que ha durado varios meses, comenzó en otoño de 2022, cuando limpiaron el área de todas las plantas existentes a excepción de algunos arbustos. Después de cavar el área para asegurarse de haber eliminado cualquier raíz o bulbo residual, añadieron desechos de abono municipal y excavaron el área para mejorar el suelo. Después, el terreno se dejó en barbecho para comprobar si surgía algo durante el invierno y principios de la primavera.
Ammi majus ‘Graceland’, Helenium ‘Moerheim Beauty’, Euphorbia characias subsp. wulfenii, Dahlia merckii, Geranium ‘Rozanne’ y Molinia caerulea subsp. arundinacea ‘Les Ponts de Ce’.
En mayo de 2023 iniciaron la plantación con especies elegidas para adaptarse a las diferentes condiciones del sitio: más seco en la parte superior de la cama alrededor del patio y condiciones más húmedas hacia el césped.
Solo unos meses después, a principios de agosto, la bordura ya presentaba su mejor cara. Las plantas que se muestran en la imagen de arriba incluyen Ammi majus ‘Graceland’, Helenium ‘Moerheim Beauty’, Euphorbia characias subsp. wulfenii, Dahlia merckii, Geranium ‘Rozanne’ y Molinia caerulea subsp. arundinacea ‘Les Ponts de Ce’.
Floración desde la primavera hasta finales del verano
Quienes han visitado el Jardín de Agua de Beth Chatto suelen coincidir en que ese espacio lo invade una poderosa sensación de exuberancia tropical, con el verde de hierba y follaje de árboles y plantas como color predominante.
Un maravilloso telón de fondo donde las plantas de flor pueden destacar a su antojo, especialmente durante el verano. De hecho, en un artículo publicado en 2008 en el diario británico The Guardian, el paisajista Andy Sturgeon apuntaba que, aunque los jardines húmedos generalmente alcanzan su punto máximo en primavera, con la floración de prímulas de la sección candelabra (P. beesiana), nomeolvides de agua (Myosotis scorpioides) y otras especies similares, en los jardines Beth Chatto, sin embargo, la temporada se extiende hasta finales del verano.
Las flores en primavera
El íconico barco ornamental del Jardín de Agua de Beth Chato se retira durante los meses de invierno, para estar de vuelta en primavera.
Leucojum aestivum ‘Gravetye Giant’, Bergenia ‘Margery Fish’, Caltha palustris en primer plano. Enfrente, Lysichiton x hortensis
Muy cerca de él, en primavera, las flores blancas de las campanillas de primavera (Leucojum aestivum ‘Gravetye Giant’), el vistoso follaje y flores rosas Bergenia ‘Margery Fish’ y las flores amarillas de Caltha palustris pueden verse creciendo en primer plano. Enfrente, Lysichiton x hortensis luce sus grandes inflorescencias blancas, con espatas y espádices típicas de las aráceas.
Una de las plantas de flor estrella en el Jardín de Agua durante la primavera es una prímula de la sección candelabra (Primula bulleyana), planta perenne semiperennifolia que producen rosetas de hojas de color verde pálido. Los tallos florales alcanzan los 60 cm con verticilos de flores anaranjadas creando un efecto de candelabro.
‘»A lo largo de algunos bordes del estanque ahora cultivo las prímulas amantes de los pantanos que dispararon mi imaginación por primera vez cuando comencé el Jardín de Agua. Entre ellos se encuentran Primula bulleyana, con sus verticilos de ricas flores anaranjadas, y P. japonica, la primera prímula de Candelabro en florecer, con cabezas de flores rosadas, magenta o blancas con ojos dorados que se elevan sobre las enormes rosetas de hojas parecidas a lechugas. Hay otras, pero la última en florecer a fines del verano es la prímula gigante del Himalaya (P. florindae), cuyos capullos y tallos están cubiertos de un polvo verde pálido. Las cabezas colgantes de flores de color amarillo cremoso en forma de campana finalmente se convierten en elegantes cabezas de semillas» .
Extracto del libro The Green Tapestry Revisited de Beth Chatto.
Claro que, el manto verde en ese jardín húmedo se ve salpicado con el color de las flores de otras plantas durante la primavera, como el gladiolo silvestre mediterráneo (Gladiolus communis subsp. byzantinus), cuyas flores admiraba Beth Chatto incluso cuando todavía estaban abotonadas y llenas de promesas.
«El gladiolo silvestre, Gladiolus communis subsp. byzantinus, me agrada cuando todavía está en capullo. (Ese es el caso con tantas cosas: la promesa de volver a ver flores de manzano, ranúnculos, un arbusto de lilas, es mucho más conmovedora cuando se abren los primeros capullos, la intensidad de la emoción se desvanece en plena floración, como los colores se desvanecen). Para volver al gladiolo: agujas de capullos largos y estrechos que apuntan hacia arriba sobre hojas en forma de lanza rompen la monotonía de muchas plantas redondeadas. Cuando pasé junto a ellos, no se veía ni una flor. En una hora más o menos, los primeros pétalos con acabado satinado se habían desplegado, una mezcla salvajemente hermosa de púrpura y bronce que creaba acentos brillantes sobre acaenas de hojas grises y matas de tomillo con flores rosadas. Una inspección minuciosa de las flores individuales me hace pensar en una caja de pintura, o tal vez en una paleta donde el púrpura y el rosa coral se han lavado juntos, con una pincelada de blanco acariciando el centro de los tres pétalos inferiores para guiar a los insectos al corazón secreto«.
Extracto del libro Drought-Resistant Planting de Beth Chatto.
El frescor y las flores en verano
En el Jardín de Agua de Beth Chatto, el exuberante follaje verde rodea la orilla del agua junto con bloques de color proporcionados por plantas vivaces amantes de la humedad como Astilbe chinensis var. pumila. No obstante, hay otras plantas estivales que entran en juego en esa atmosfera de exuberancia y frescor.
“Ocasionalmente, como sucedió este año, nos hemos visto atrapados, al igual que el resto del país, en una gran turbulencia que ha traído períodos alternos de sol cálido y seco y tormentas eléctricas recurrentes, manteniendo todo fresco. Pasear por el jardín en verano, bajo una lluvia ligera y cálida, o inmediatamente después, es un placer exquisito. La luz debe ser correcta, sin viento. Habrá una ligera neblina cálida flotando en el aire para que nada sea demasiado claro. No hay bordes duros, la distancia se ve a través de una neblina plateada”.
Extracto del Garden Notebook de Beth Chatto.
El verdor y el descanso
En otoño el agua refleja un jardín que comienza a recogerse, atrapando la luz otoñal filtrada y dejando al desnudo su exuberante verdor.
Con la llegada del invierno las flores ya descansan y alguna que otra planta también, como Gunnera tinctoria, cuyas hojas se cortan y se colocan invertidas sobre la copa de la planta para protegerla en los días más fríos del año.
En la escena invernal que muestra la imagen de abajo, destaca también la vistosa estructura de gramíneas ornamentales como Miscanthus sinensis y Eupatorium (detrás), que acompañan al ciprés de los pantanos (Taxodium distichum) situado a la derecha y, delante, el cerezo japonés (Prunus ‘Tai-haku’) con el helecho real (Osmunda regalis).
En medio de un verano tórrido, donde las temperaturas han llegado a alcanzar 45 ºC por estos lares hace tan solo un par de días, ha sido un verdadero deleite recorrer virtualmente este jardín lleno de exuberancia tropical y frescor. Una genialidad más de la gran experta en plantas Beth Chatto.
Fotos e información: Beth Chatto’s Plants and Gardens
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