Clara y Olivier Filippi crearon hace cerca de cuarenta años un jardín experimental y vivero en Mèze, en el sur de Francia, convirtiéndose en pioneros en el uso y cultivo comercial de plantas mediterráneas para jardín seco, con más de mil variedades disponibles en la actualidad.
El jardín y vivero (Pépinière Filippi) en Mèze ocupan una superficie de 6.000 m2 y fueron creados en el año 1985. Un jardín con plantas mediterráneas que nada tiene que ver con el estilo de jardín mediterráneo en el que predominan las plantas perennes recortadas en estilo formal, intercaladas con especies que requieren agua y plantas de flor anuales. Junto al jardín, un vivero donde se ofrecen más de 1.000 especies de plantas mediterráneas para jardín seco o, más específicamente, adaptadas a condiciones difíciles, como sequía, viento y suelos pobres, así como sal del mar o frío ocasional.
Explorando los diversos paisajes mediterráneos
Hay al menos 25.000 especies tolerantes a la sequía en el Mediterráneo, lo que supone una décima parte de la flora mundial, afirma Olivier Filippi, tal y como he podido leer en el libro Wild de Noel Kingsbury, y lo triste es que, de todas ellas, solo se cultivan unos pocos cientos. Teniendo en cuenta que existen muchas más especies dignas de incluirse en un jardín sensible al clima, el propósito de Clara y Olivier Filippi fue explorar estas posibilidades.
Durante casi cuarenta años, los Filippi han estado investigando la diversidad de paisajes mediterráneos, a veces llegando a lugares completamente apartados. El objetivo era estudiar los hábitats de las plantas mediterráneas, para averiguar de qué forma se han adaptado a vivir en diferentes ecosistemas. Ahora conocen con maestría cómo sobreviven las plantas a las interacciones entre la sequía y el suelo en la región.
Miles de colecciones de semillas y un jardín experimental
En ese largo periodo, han acumulado miles de colecciones de semillas, creando uno de los jardines botánicos más impresionantes de la región, aunque solo se trata de un jardín de exhibición privado, que además se convierte en la colección de plantas madre para su vivero acompañante.
Su modus operandi no es complejo, pero sí muy eficaz. Las observaciones de la pareja en la naturaleza les permiten experimentar con esas plantas en su propio jardín de prueba. Recolectan semillas y esquejes de plantas mediterráneas, y aprenden a cultivarlas y experimentan con ellas en su jardín seco, convirtiéndose en excelentes prescriptores para indicar a paisajistas y jardineros –privados o profesionales– cuáles son los escenarios de jardín adecuados para las diferentes especies.
El jardín seco
El jardín seco de Clara y Oliver Filippi es un jardín experimental y de exhibición que se puede visitar con cita previa. La plantación está formada por plantas bajas y montañosas que en su mayoría no superan la altura de la cintura. El color predominante es el gris, eso sí, en muchas gamas: gris plateado, gris azulado, gris verdoso y gris amarronado. Es, en definitiva, un jardín con plantación de subarbustos bajos intercalada con grupos de arbustos más altos, todos ellos tolerantes a la sequía, que se presentan como lo harían en la naturaleza.
Esa supuesta monotonía, afirma Kingsbury en su libro, se rompe con una dispersión de cipreses mediterráneos (Cupressus sempervirens) con las clásicas formas alargadas, que crean un excelente contrapunto. La mayor parte de la cubierta arbórea la forman pinos piñoneros (Pinus pinea) que arrojan suficiente sombra como para alterar el hábitat debajo de ellos.
No hay demasiadas gramíneas ornamentales en el jardín de los Filippi, aunque algunas crean gran impacto, como Celtica gigantea (sin. Stipa gigantea), una gramínea ibérica de gran valor ornamental, que crece en zonas secas de encinas en el interior de la península ibérica sobre suelos arenosos silíceos (ácidos), y en Marruecos.
El jardín tiene una pendiente continua y los niveles más altos de vegetación tienen un impacto visual. El elevado número de plantas mediterráneas bajas proviene de una gama limitada de géneros como Cistus, Phlomis, Lavandula y Teucrium. Puesto que los períodos de floración a menudo son limitados, es lógico pensar que el color y la textura del follaje son muy importantes en términos de diseño.
Los diseñadores de jardines James y Helen Basson (Scape Design) llevan años utilizando las plantas de Pépinière Filippi en los jardines que han implantado en el sur de Francia. En un artículo publicado hace un par de años en la revista de la SGD, la sociedad de diseñadores de jardines británicos, Helen Basson apuntaba que en el jardín seco de los Filippi las plantas crecen en un mantillo de grava, lo que permite el drenaje, al tiempo que mantiene un cierto nivel de humedad en el clima más cálido, y facilita el deshierbe.
En otras zonas del jardín, los Filippi han amontonado grava, de modo que las especies que se plantan en esos montículos crean caminos entre ellos, que acaban actuando como canales de drenaje. Este método significa que, explica Olivier Filippi, “las plantas nunca tienen sus raíces en suelo húmedo y pueden crecer como lo harían en la naturaleza, protegidas de enfermedades y moho”.
Al parecer, en el jardín, en lugar de preparar el terreno y agregar mejoras al suelo, los Filippi prefieren dejar el suelo como está: “Cuanto más pobre es el suelo, menos posibilidades hay de competencia, ya que solo unas pocas plantas seleccionadas pueden sobrevivir en estas condiciones”. Con ello se consigue que la autopropagación de las plantas deseadas sea optima.
Uso de plantas alelopáticas
En los últimos años, los Filippi también han tenido en cuenta el uso de las plantas alelopáticas en sus investigaciones. La alelopatía se usa para denotar la reacción química (ya sea positiva o negativa) entre las plantas y, en este sentido, les ha servido para observar estas reacciones en el entorno natural. Gracias a esa observación, pueden esbozar los mejores escenarios para las plantas propias de comunidades vegetales de los bosques mediterráneos, principalmente la garriga.
Esto supone que, basándose únicamente en la interacción natural de las comunidades de plantas creadas, tienen la capacidad de asesorar sobre la forma de establecer un espacio en el que, sin usar pesticidas, las hierbas adventicias tengan dificultad para crecer, una vez que las plantas se han establecido durante tres o cuatro años.
Pépiniére Filippi
El propio jardín alberga la colección de plantas madre para su vivero anexo, Pépiniére Filippi, donde se cultivan comercialmente las más de mil especies de plantas mediterráneas para jardín seco
Los Filippi han dividido su vivero en zonas, en las que se agrupan las plantas en función de sus necesidades hídricas. Esto facilita la selección de plantas adecuadas en función del área del jardín donde se vayan a implantar.
Las plantas se cultivan en macetas especialmente diseñadas para fomentar el crecimiento hacia abajo del sistema radical y evitar nudos. Con una capacidad de 1,4 litros, las macetas tienen 17 centímetros de profundidad, garantizando con ello que las plantas se presenten en las mejores condiciones posibles para volver a crecer una vez plantadas en campo abierto.
Hoy en día, en el vivero ofrecen más de 1.000 especies de plantas mediterráneas adecuadas para cultivar en jardín seco. Es lógico que hayan triunfado. Afortunadamente, parece que algunos viveros de diferentes países de la cuenca del Mediterráneo, incluido España, están siguiendo su ejemplo, aunque todavía queda un largo camino por recorrer.
Y también los libros
Ya comenté en su día que cualquiera de los libros de Olivier Filippi son recomendables para descubrir el potencial de las plantas mediterráneas en la jardinería y familiarizarse con el diseño de plantación en condiciones de sequía. Entre ellos, El jardín sin riego, editado también en español, esta considerado ya como un “manual de instrucciones” sobre los jardines de secano.
En inglés, han publicado Planting Design for Dry Gardens una gran herramienta para descubrir un nuevo concepto de cubierta vegetal que va más allá de lo que solemos entender como césped tradicional y, en la misma línea Bringing the Mediterranean into your Garden.
Fotos: Clive Nichols
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