Sus pinturas celebran paisajes y jardines en la campiña inglesa, transmitiendo esa particular alegría que le ha hecho ser considerado uno de los artistas más queridos en Gran Bretaña. Antes de caer enfermo, las obras de arte de Gary Bunt solían estar centradas en paisajes impresionistas, pero después de su recuperación su método cambió hacia un estilo de fantasía rural, con los característicos rasgos ingenuos y ausencia de normas propios del arte naíf, una peculiaridad por la que este artista británico ha llegado a ser conocido hoy en día.
Gary Bunt
Nacido en East Peckham, en el condado de Kent, Inglaterra, y fascinado por la pintura desde la infancia, lo cierto es que cuando era joven, Gary Bunt (1957) nunca consideró la idea de dedicarse al arte como carrera. Era hijo de un constructor y el destino quiso que a los 16 años comenzara a trabajar en el comercio de la construcción. A pesar de ello, nunca perdió su amor por la pintura e, incluso después de unirse a una banda de rock en su adolescencia, continuó pintando acuarelas de escenas locales para venderlas en pubs.
Cuando tenía 39 años, una galería de arte aceptó un par de desnudos que había pintado en un estilo impresionista. Esa incipiente carrera como pintor impresionista duraría poco, ya que la semana de su primera exposición individual, tenía entonces 41 años, perdió la voz y le diagnosticaron cáncer de las cuerdas vocales. Cuando salió de dos duros años de tratamiento, su perspectiva de la vida y el arte había cambiado por completo: sin saber si iba a sobrevivir, de repente se sintió libre para pintar lo que quisiera.
Bert en el huerto
Bunt se inspira en una rica variedad de fuentes, aunque sus principales influencias artísticas las encontró en pintores británicos modernos como Christopher Wood, Cedric Morris, Ben y Winifred Nicholson, Eric Ravilious y Stanley Spencer. No obstante, los temas que aborda en sus pinturas son suyos. Trabaja con óleos y le gusta construir texturas superficiales sobre lienzo con pinturas espesas y veladuras.
Durante su enfermedad, tuvo tiempo de recordar la infancia feliz que tuvo en East Peckham, el pueblo en el que nació y creció. Precisamente, una imagen que recordó de su padre, Bert, trabajando en su huerto fue lo que marcó el rumbo que seguiría su obra a partir de entonces. Así, la corpulenta figura en mangas de camisa y botas de agua se apoderó de sus pinturas, convirtiéndose en una especie de alter ego del artista.
Aunque el físico de Gary Bunt poco tenía que ver con el de su padre, al parecer se pintó a sí mismo con el aspecto de su padre, con la idea de representar una vejez imaginaria que pensó que no llegaría a alcanzar.
De este modo, sus pinturas se representan sencillas escenas en las que Bert y su perro realizan actividades rurales tradicionales a lo largo de las estaciones. Viajando por el campo a través de los numerosos pueblos y granjas, pescando en los ríos caudalosos y paseando por las playas azotadas por el viento.
De todas esas escenas rurales de Gary Bunt inspiradas en la campiña inglesa, mis ojos se han detenido en aquellas donde la luz vital que quería transmitir el artista se representa a través del jardín y huerto que cultiva Bert en compañía de su perro (que a veces cambia de color) . Lechugas, repollos, malvarrosas, tulipanes, narcisos y rosas. Primavera, verano, otoño e invierno. Sentado o trabajando la tierra. Qué le vamos a hacer, por una razón u otra, siempre acabamos metidos en algún jardín.
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