Fernando Martos | Sevilla, España |
Todos los jardines, básicamente, se convierten en jardines experimentales, puesto que son una plataforma donde observar el comportamiento de las plantas, que se desarrollan en función de las circunstancias a las que tienen que enfrentarse en ese medio: calor, frío, luz, humedad, viento, suelo, son solo algunos de ellos.
Hay muchos factores que influyen en la evolución y capacidad de adaptación de las plantas y es imposible definir con precisión, por ejemplo, la tolerancia de una planta sin unirla a una serie de circunstancias locales y temporales. Cuando el objetivo es lograr, en la medida de lo posible, una valoración precisa del comportamiento de una planta en relación a una serie de situaciones, ese jardín se convierte, con todos los honores, en jardín experimental.
En esos jardines, la investigación se centra en un determinado grupo de plantas, con la intención de ser introducidas en medios y circunstancias previamente definidas. Es decir, los jardines experimentales acotan el campo de acción y, en el caso de que esos factores coincidan en mayor o menor medida con las circunstancias que definen tu propio jardín, pueden convertirse en todo un repertorio de especies vegetales aptas para tus necesidades y con un alto grado de garantía de éxito.
Los jardines botánicos y algunos jardines privados sirven de laboratorio donde se prueba la resistencia de determinadas especies y cultivares, en ocasiones con carácter meramente científico y en otras a petición de organismos o entidades, que necesitan testar esa planta como requisito previo antes de introducirla en el mercado.
Jardines privados y experimentales
Pero afinando más, tenemos a aquellos paisajistas que, cuando pueden permitírselo, utilizan o han utilizado en algún momento de su carrera su propio jardín como campo de pruebas. Tal es caso, por ejemplo, del jardín familiar que el paisajista español Fernando Martos posee en Estepa, Sevilla; o el jardín privado de la paisajista italiana Rosanna Catrini cerca de Turín, concretamente en Piamonte. Pero en ocasiones esos jardines experimentales van más lejos y acaban convirtiéndose en vivero de producción y venta de plantas.
Jardines experimentales y viveros
Uno de los jardines experimentales y vivero más apreciado y valorado por los amantes de los jardines de estilo naturalista es, sin duda, el jardín de Anja y Piet Oudolf en Hummelo. Hablé de ese jardín y de su trabajo en esta entrada • El jardín de Anja y Piet Oudolf en Hummelo. Otoño 2014 • Si no lo has visto, te aconsejo que eches un vistazo, porque es todo un repertorio de belleza natural, de la mano de un sinfín de especies vegetales que ayudan a crear escenas absolutamente bucólicas.
En el caso de los jardines mediterráneos, con especies poco o nada exigentes en cuanto al riego y con alta rusticidad, uno de los más apreciados es Pépinière Filippi. Estos días he hablado de ese jardín experimental, convertido en vivero, que se sitúa en el sur de Francia. Ante todo, quiero aclarar que no me mueve ningún interés económico. Tampoco es mi intención hacer publicidad gratuita, sino facilitar en la medida de lo posible la tarea complicada, especialmente en España, de la correcta selección de plantas, esencia, por otro lado, de la construcción de un jardín naturalista.
Desde mi punto de vista, son una herramienta indispensable que facilita la posibilidad de elegir entre un gran número de especies vegetales y sus correspondientes cultivares, con alta garantía de éxito, especialmente si lo que perseguimos es un jardín diseñado y construido bajo criterios de sostenibilidad. Un tema apasionante que da para mucho y que conviene explorar. Yo estaré encantada de hacerlo, porque creo que lo vamos a pasar muy bien.