Son 14 estilos de jardín diferentes y sin ninguna conexión entre ellos. Tiene muchos bancos que invitan a sentarse durante su recorrido, exposiciones para los amantes del arte y tantas plantas como encanto.
Estamos en los Jardines Kerfouler y para visitarlos hay que trasladarse a la región de Bretaña en Francia, considerada la región de la jardinería en ese país. Llegaremos hasta la ciudad de Trieux Plouëc, un pequeño pueblo cerca de Pontrieux en Côtes d’Armor (Costas de Armor). Dejamos la costa de Bretaña a tan sólo 15 Km.
Allí nos espera el jardín que han creado el matrimonio holandés Erwin Straalman y Hanneke van Nuland. Erwin trabajó como jardinero y durante 25 años regentó una floristería con éxito. Pero en 2007 se plantearon dar un giro radical a su vida.
Jardines Kerfouler junto al Valle del Trieux
Viajaron a Bretaña y se enamoraron de esa zona. Posteriormente, adquirieron una parcela de 1 hectárea junto al Vallée du Trieux y en 2010 la pareja se trasladó. No solo establecieron su residencia allí, sino que construyeron una pequeña casa para alojamiento rural. Esto les permite obtener ingresos todo el año. El entorno es un gran atractivo, sin duda, pero su experiencia en jardinería hizo que ellos, además, pusieran su granito de arena para incorporar más belleza a ese paisaje.
El jardín que han creado es de los últimos que se han incorporado a esa zona, una región donde abundan los espectaculares jardines de castillos franceses, con superficies equivalentes al tamaño de 30 campos de fútbol. Sin embargo, ellos han sabido llenar de inspiración su humilde hectárea (en comparación con sus jardines vecinos) convirtiendo esa parcela en un atractivo aliciente, un complemento para quienes deciden alojarse allí y hacer un alto en el camino.
14 estilos de jardín sin ninguna conexión entre ellos
Inicialmente, en la parcela sólo había unos cuantos árboles con una docena de frutos. En 2011 iniciaron el diseño de los jardines. En ese mismo año se realizaron las primeras plantaciones, tantas plantas como: 600 hayas (Fagus sylvatica), 400 ejemplares de boj (Buxus sempervirens), 400 sauces (Salix), otros 50 árboles de diferentes especies y 2.200 vivaces y arbustos.
Diseñaron 14 estilos totalmente diferentes y sin ninguna conexión entre ellos. Un contraste que hace casi imposible que no haya un solo rincón que agrade cuando se pasea por allí, porque hay para todos los gustos: jardín simétrico; naturalista; japonés; artístico; lúdico; romántico, exuberante… Imposible, también, que te canses, porque el jardín se puede recorrer en dos horas y, además, hay bancos y sala de té con terraza, situada en una granja de 200 años de antigüedad, que ha sido restaurada cuidadosamente.
Se pueden apreciar plantas nativas y también exóticas. Olores, colores y sonido del agua en ambientes que te trasladan a África (Patio de Marruecos) o Tailandia (Jardín Zen).
Crearon senderos con el propósito de caminar por ellos descalzos. Hay mucho que ver y recorrer, y todo está en el mismo lugar.
Las fotos, cortesía de Sergey Karepanov, están realizadas el pasado mes de octubre y confío en que os permitan adivinar lo que Erwin y Hanneke han preparado para sus visitantes y, obviamente, para ellos mismos. No obstante, las fotos y el vídeo que se incluyen en su website pueden completar esta visita.