Un campo libre de todo, donde en los últimos años han contabilizado 27 especies de aves, algunas de paso, otras habituales visitantes y muchas que viven y se crían en el jardín.
A Margot casi se le olvida comentar ese dato que, obviamente, da una clara pista del jardín que vamos a disfrutar hoy. En vísperas de Nochebuena, no se me ocurre mejor regalo para los visitantes de este blog. Bueno, ya os regalé otro jardín hace poco, El jardín de Bemi. Así están las cosas por aquí… ¡tirando la casa por la ventana! Que no nos falte de nada y mucho menos jardines (y qué jardines…).
Para visitar El Jardín de Margarita tenemos que viajar a Asturias… empezamos bien ¿verdad?
“en el saliente hay un pequeño punto blanco que es una ermita, de allí sale una carreterina, y en los primeros prados, hay unas cuantas casas dispersas que apenas se ven. Pues ahí” ¿os habéis ubicado ya?… Pues vamos a entrar a
Su origen
El jardín está en la casa donde nació y actualmente vive con su pareja. Su madre era también una apasionada de las plantas, de las que tienen mano y “le prendían todos los esquejes”. Cuando su madre murió, hace diez años ahora, empezó a crear el jardín junto con su pareja, que es jardinero. En la finca que rodea la casa, donde estaba el huerto familiar, ya había árboles plantados y macizos que son ahora sus tesoros, porque el jardín ha sido siempre el fuerte vínculo que le ha unido a su madre.
Qué pasa en ese jardín
De todo, porque, como cualquier jardín, está siempre en movimiento, pero el suyo está también lleno de seres muy vivos. Confiesa que le apasiona que aves, insectos, puercoespines y cualquier bicho viviente, tenga un hueco en su jardín y se ocupa de que siempre sea así.
Su pasión
Le apasiona el jardín en general, siempre muestra entusiasmo cuando habla de él, pero me atrevería a decir que el huerto le llega al corazón. Le gusta comerse los jardines, está claro, en más de un comentario ha dejado claro entusiasmo por las plantas que se pueden disfrutar hasta el infinito, es decir, comerse.
Su suerte
Vivir en lugar privilegiado, donde el clima acompaña a la mayoría de las especies vegetales y donde el jardín disfruta de un paisaje prestado que lo hace, si cabe, aún más bello.
Su mérito
Su entusiasmo y saber disfrutar del jardín. Hacerlo poco a poco, sin prisa. Buscar rincones y si no los hay, crearlos. Comenta que han tenido que allanar zonas a pico y pala y moviendo cantidades de tierra, porque el terreno es inclinado (excepto la zona delantera de la casa), lo que les beneficia en invierno pero es un hándicap en verano, porque la poca agua que hay no se retiene.
Su debilidad
Su encanto
Un sinfín de detalles que se encuentran por todo el jardín y esos trabajos artesanos llenos de magia.
Su valor botánico
Haber creado en 9 años un jardín que casi podría ser un botánico, por el número de especies que brotaron en él. Difícil nombrar todas las plantas que han ido incorporando sin dejar la mitad en el tintero “muchas son compradas aquí y allá, pero también hay muchas esquejadas y regaladas (esas tienen siempre un valor muy especial)». Lo mejor, sin duda, pasearse por su blog y buscarlas, están todas identificadas.
Sus plantas favoritas
Todas, las que se comen, las que se huelen, las que dan sombra, las que atraen insectos, todas … supongo que aquella que acaba de recibir o plantar es en cada momento su favorita.
“Métete en jardines”
Un día de puertas abiertas. Fiesta y jardín ¿quieres más? Este verano era su primera experiencia y, a juzgar por las imágenes y lo que comentó en su blog, fue todo un éxito. Habrá que estar pendientes de la próxima.
Es realmente difícil resumir todo lo que transmiten sus imágenes y sus comentarios, limitar a unas líneas de texto lo que inspira un jardín donde suceden tantas cosas. A quienes no conozcan a Margot, les animo a visitar su blog El Jardín de Margarita cuanto antes, seguro que ya no salen de allí y si lo hacen, será para viajar, porque también hay sitio para sus visitas a maravillosos jardines en ese blog. Mientras tanto, aprovechamos la invitación y nos metemos en su jardín, en ese paraíso que han creado Margot y su pareja.
Fotos © El Jardín de Margarita