Lo denomina su “giardino-atelier” porque es en ese jardín donde experimenta con las plantas y realiza sus prácticas hortícolas, creando en él diferentes combinaciones de especies que le permiten conocer de primera mano su resistencia y respuesta a las diferentes condiciones climatológicas.
En 2014, Rosanna Castrini fue ganadora en el concurso internacional de fotografía de IGPOTY (International Garden Photographer of the Year) organizado por Kew Gardens. Las fotos que presentó a ese concurso estaban hechas en su propio jardín en Italia.
Si no habéis visto anteriores entradas relacionadas con sus reportajes fotográficos, os aconsejo que echéis un vistazo en este enlace que lleva a todas las que he publicado sobre Rosanna Castrini.
Su jardín lo inició en 1992, cerca de Turín, en Piamonte, Italia. Ocupa una superficie rectangular de 500metros cuadrados, que está completamente a la sombra desde marzo hasta octubre. La ubicación no le facilitaba un drenaje natural y la calidad del terreno, arcilloso, tampoco se lo puso fácil, lo que le obligó a realizar una red de drenaje artificial que le ha permitido poder trabajar, hasta ahora, con 1000 especies diferentes de plantas.
Se ocupa ella sola del cultivo y cuidado de su jardín, que incluye también un pequeño huerto de 50 m2. Todas las tareas las realiza con métodos respetuosos con el medio ambiente. Los restos de poda son aprovechados y transformados en compost.
Es fotógrafa y diseñadora de jardines (o viceversa), y ese jardín experimental es la mejor carta de presentación que podría diseñar. Comenta que lo agrandó visualmente creando cortes perpendiculares al eje principal, que le proporcionaban un efecto de profundidad; pequeños espacios dentro de otros que se abren y simulan aspecto laberíntico; líneas diagonales, y estrechamiento artificial de la perspectiva y eje visual, para prolongar los caminos.
Los jardines que visita Rosanna para realizar sus reportajes no solo le sirven para crear espectaculares fotografías, es obvio que se convierten también en su gran escuela, muy especialmente en lo que al diseño de plantación se refiere. Absorbe colores, especies de plantas, texturas y orientación, que utilizará después con su propio criterio.
Un delicioso cocktail compuesto por el trabajo de una paisajista, plantswoman y fotógrafa, al que se le añaden condimentos como su personalidad arrolladora; sensibilidad, simpatía y un entusiasmo que contagian. Todos esos ingredientes bien agitados han dado como resultado un jardín que recuerda mucho a su propietaria, Rosanna Castrini, y que ella nos muestra así.
Fotos e información: Rosanna Castrini