Supongo que estaréis de acuerdo conmigo en que la vida está llena de vasos medio llenos y medio vacíos, de medias tintas, de ambigüedades, y eso se percibe a diario en todo nuestro entorno.
Hoy quería hablar de color en la vida, porque hay ocasiones en que uno se siente un tanto ‘destartalado’ y, sin ser la panacea, una manita de pintura ayuda a teñir las cosas de optimismo, que al final acaba contagiándonos.
El otro día visité un blog que hablaba de los colores fuertes en el diseño del jardín, de atreverse con ellos. Y pensé, cierto, pero en el jardín y en cualquier ámbito de nuestra vida. Todo lo que nos rodea tiene color, luego, nosotros le damos matices con la pintura, con la forma de percibirlos, con la manera de combinarlos. El resto lo hace la luz que se refleja sobre ellos.
Podemos encontrar imágenes para todos los gustos, que nos ilustran sobre este concepto. Nos rodeamos de color y no sólo a través de las plantas. Nuestra personalidad nos va a llevar hacia colores inspirados en México o en Marruecos, más intensos o delicados tonos pastel, atrevidos o naive. Es una cuestión de percepción personal y de estado de ánimo lo que hará que nos decantemos por uno u otro, pero la realidad es que dan vida, mucha vida, y a veces, hasta pueden llenar el vaso, con alegría y optimismo. Con luces de colores. Son los colores de la vida.
¿Estáis algo destartalados? Pues volved a mirar bien las fotos, y si éstas no os han ayudado, poneos cómodos y pinchad en el enlace de abajo, que os llevará a más imágenes. Son todas las que he ido seleccionando hasta ahora y que seguiré actualizando. Confío en que nos sirva a todos para sacudir penas a golpe de colores.