Foto: sissinghurstcastle.wordpress.com |
“El guadañador debe mover el útil trazando arcos de derecha a izquierda, produciendo a cada golpe el corte de una faja de hierba o de mies que queda depositada en el lado izquierdo formando una especie de andén. Los resultados del trabajo dependen de la faena y la habilidad del segador, siendo posible llegar a segar al día de 30 a 35 áreas de pradera y hasta 50 de trigo y otros cereales, siempre que las condiciones del terreno faciliten la tarea”.
Todo eso es lo que encontramos en Wikipedia si queremos conocer cómo trabaja con una guadaña un experto guadañador; o, lo que es lo mismo, si queremos saber cómo segar la pradera a la antigua usanza, y con ello, lograr que las flores silvestres asomen de nuevo y la fauna silvestre recupere su hábitat. El vídeo que comparto hoy habla de eso, de segar y de vida silvestre.
Foto: sissinghurstcastle.wordpress.com |
Jardines de Sissinghurst Castle | The Orchard
En el corazón de Kent, Reino Unido, está el jardín de Sissinghurst Castle, uno de los más famosos y bellos jardines del mundo. En estas entradas tenéis más información sobre sus creadores, Vita Sackville-West y Harold Nicholsos. De su primera casa, Long Barn y, también, de sus inicios, en 1930, en Sissinghurst. De la pasión de Vita por el jardín.
The Orchard, en los jardines de Sissinghurst, nunca fue un huerto, sino que se convirtió en un jardín vallado donde plantaron rosas que trepaban junto a los viejos manzanos, mientras los narcisos salpicaban de color el suelo. Además, dejaron una zona sin intervenir, una pradera donde las flores silvestresbrotaban a sus anchas. Eso fue en los comienzos.
Después de la Segunda Guerra Mundial la producción de comida era imprescindible y prioritaria en el campo. Su cultivo intensivo llevó al uso de fertilizantes y, posteriormente, la mecanización. La vida silvestre fue desapareciendo de forma alarmante.
Segar con guadaña| La pradera de Vita
Hoy en día, los jardineros de Sissinghurst se han propuesto recuperar esa pradera. Sembraron semillas de Kent y descubrieron un buen truco, que no es otro que volver a la tradición. En uno de los libros de poemas de Vita, The Garden, estaban algunas de las claves y se pusieron manos a la obra. Había que olvidarse del cortacésped y volver a utilizar la guadaña. El heno verde y la naturaleza harán el resto, porque las semillas se repartirán permitiendo que la flora silvestre siga su curso.
El resto está perfectamente descrito y narrado en este vídeo que acaban de realizar. Las imágenes son elocuentes. El baile de la guadaña, los cuidados y su limpieza con todo esmero; el afiliado; el sonido de la hierba y, cómo no, la luz del amanecer y el atardecer; el paisaje; el hombre y el campo.
Todas esas escenas ayudan a comprender que los jardineros de Sissinghurst han tomado la determinacion de devolver la flora silvestre de Kent a la pradera de Vita. Para cumplir su objetivo, se han puesto manos a la obra, y nunca mejor dicho.
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