Hay gramíneas absolutamente recomendables para plantaciones de estilo naturalista con especies mediterráneas tolerantes a la sequía. Melica ciliata es, sin duda, una de ellas. De hecho, puede verse comportándose con éxito en algunos jardines de ese estilo diseñados por paisajistas españoles e internacionales.
Melica ciliata en la naturaleza
En realidad, Melica ciliata es una planta ruderal que vive en los bordes de caminos, zonas secas, arcenes, carreteras y zonas de márgenes de cultivos. Es decir, plantas a las que habitualmente (y tristemente) no se les suele prestar atención, aunque, en este caso, es casi imposible que pase desapercibida, especialmente cuando los rayos de sol del amanecer o el atardecer iluminan sus inflorescencias centelleando con elegancia.
Queda claro, pues, que su origen humilde no le quita belleza. De hecho, es muy utilizada como planta ornamental, siendo especialmente interesante en jardines informales construidos en zonas pedregosas.
El género Melica es amplio y lo integran 89 especies aceptadas de plantas herbáceas de la familia de las gramíneas (Poaceae), cuya distribución natural se encuentra desde el hemisferio norte templado a México; y el oeste y sur de Sudamérica a el sureste y sur de Brasil.
Yo tengo la suerte de disfrutar de esta planta silvestre o ruderal por la zona donde vivo. Claro que, ese privilegio lo compartimos muchos, porque la distribución general de Melica ciliata es mediterránea occidental. En la península ibérica se distribuye por casi todo el territorio; y en Baleares se encuentra en Mallorca, Menorca, Formentera y Cabrera.
Melica ciliata en el jardín
Melica ciliata, conocida comúnmente como espiguillas de seda o triguerilla, es una hierba perenne de hoja caduca que forma un grupo extenso de hojas estrechas y rígidas de color verde o azul verdoso. Puede llegar a alcanzar un metro de altura en dos a cinco años y florece desde abril hasta junio.
A finales de la primavera produce tallos erguidos o arqueados con inflorescencias alargadas (de 15 a 25 cm) y densas, que presenta flores estrechas que son de color blanco sedoso y se desvanecen a color crema a medida que las espiguillas con pelos sedosos comienzan a morir.
Crece en cualquier suelo moderadamente fértil y bien drenado, y no hay que olvidar que es importante proteger la planta de la humedad excesiva del invierno para conseguir que prospere.
Es preferible cultivarla a pleno sol, aunque tolera la sombra parcial. Otra de sus ventajas es que se trata de una planta libre de plagas y enfermedades.
Al ser una especie perenne que pierde en invierno la parte aérea, conviene retirar el follaje muerto y los tallos con flores viejas en primavera.
En cuanto a su hábito de crecimiento, se caracteriza por ser una gramínea de vida relativamente corta cuando se planta individualmente y se auto siembra fácilmente.
De hecho, la forma más adecuada de propagar Melica ciliata es a partir de semillas, sembrándolas in situ en primavera. También se puede multiplicar división de mata en otoño.
Su inflorescencia suele durar alrededor de un mes y, si quieres utilizarla en arreglos florales, es bueno saber que funciona bien siempre que se corten antes de abrir completamente.
Lugares de plantación y estilos de jardines sugeridos
Los rasgos ecológicos de Melica ciliata sugieren que los jardines de grava o con suelos pedregosos son una elección perfecta para que esta gramínea funcione con éxito.
Por otro lado, el crecimiento erguido y ordenado de Melica ciliata permite que se adapte bien a las fronteras de herbáceas. Además, hay otros lugares de plantación y estilos de jardines sugeridos, como los jardines estilo cottage, jardines con plantación de estilo silvestre y naturalista, jardines de flor de corte y macizos de flores.
Yo he encontrado diferentes jardines que incorporan Melica ciliata en su esquema de plantación, y en todos parece que encaja y se presenta como si hubiera estado allí toda la vida. Me encanta esta gramínea, ya lo había dicho y, hoy, me vais a permitir que lo repita.
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