Como sucede con otras muchas gramíneas ornamentales, Molinia es especialmente apreciada en el diseño de jardines porque aporta estructura, movimiento y luz, especialmente en las plantaciones de vivaces. De aspecto suave y casi transparente, produce inflorescencias en panícula con numerosas espiguillas de color púrpura sobre tallos delgados desde mitad del verano hasta octubre.
Molinia
Molinia es un género de plantas formado por dos especies (M. caerulea y M. arundinacea) de la familia de las gramíneas (Poaceae), cuyo rango de distribución nativa se extiende por toda Europa hasta el oeste de Siberia, donde estas plantas crecen en páramos, ciénagas, pantanos, pastizales, claros de bosques y brezales, desde el nivel del mar hasta 2.300 metros.
Las plantas de Molinia son herbáceas perennes caducifolias, densamente cespitosas y con hábito de crecimiento abierto, que pueden llegar a alcanzar 1,2 metros de altura y unos 70 centímetros de extensión.
Forma montículos de tallos delgados, verticales o arqueados, y hojas arqueadas que se sitúan en la parte inferior del tallo. Aunque el follaje inicialmente es de color verde, después se desvanece a un marrón violáceo para, finalmente, madurar hacia otoñales tonos dorado, naranja y rojo.
Desde julio hasta octubre, a veces incluso hasta noviembre, produce inflorescencias en panícula con numerosas espiguillas de color púrpura que coronan los tallos.
Las dos especies del género Molinia
Aunque algunas plantas de Molinia que se venden como ornamentales para jardín suelen estar identificadas en los viveros y centros de jardinería con el nombre Molinia caerulea subsp. arundinacea y M. caerulea subsp. caerulea, lo cierto es que una investigación realizada en Kew Gardens estableció que los diferentes rasgos foliares de esas dos subsespecies no son géneticos, sino que están relacionados con sus condiciones de crecimiento.
En la naturaleza, las dos subespecies crecen juntas. Al parecer, lo que sucede es que las hojas anchas y el mayor vigor de las plantas distinguidas como M. caerulea ssp. arundinacea en realidad se debe a suelos inusualmente húmedos y fértiles. Por el contrario, las plantas nombradas como M. caerulea ssp. Caerulea se encuentran creciendo en bordes más secos de los mismos pantanos y páramos.
Estas conclusiones invalidaron la distinción como subespecie de ambas, y ahora el género Molinia solo incluye dos especies aceptadas.
- Molinia caerulea, que se distribuye desde Europa hasta Kazajstán, Mediterráneo y Etiopía. En la Península Ibérica está presente en casi todo el territorio, y ausente en Baleares.
- Molinia arundinacea, con plantas de mayores dimensiones y panículas alargadas y laxas, que se distribuyen por el este de Europa central y sur hasta el Cáucaso.
Planta adaptable a la mayoría de las condiciones del jardín, pero no tolera la sequía
Molinia es una planta muy resistente al frío, de larga vida, libre de plagas y enfermedades y adaptable a la mayoría de las condiciones del jardín.
Le gusta crecer en lugares abiertos y soleados con suelos húmedos y bien drenados. Eso sí, teniendo en cuenta que crece de forma natural en páramos, ciénagas, pantanos y pastizales, es lógico pensar que no es una planta tolerante a la sequía, por lo que es fundamental la humedad constante en períodos cálidos y secos. Aunque tiene preferencia por un pH ácido a neutro, es en realidad indiferente al pH del suelo.
Bajo mantenimiento
No necesitan ningún tipo de poda o recorte, ya que a medida que avanza el invierno, las hojas desaparecen gradualmente. No obstante, se pueden llegar a ver ejemplares de Molinia que conservan tallos y hojas durante casi todo el invierno, algo, por cierto, más frecuente en M. caerulea y sus cultivares, que suelen resistir mejor los inviernos fríos y las fuertes nevadas que los tipos de hoja ancha (M. arundinacea).
Lo que sí se recomienda es la limpieza, desde finales del otoño hasta principios del invierno, para retirar los tallos que se doblan y caen, creando una sensación de desorden que rompe la estética de la planta. Eso mismo sucede cuando las fuertes nevadas derriban la mata, rompiendo las hojas y los tallos de las flores, lo que resulta en un incómodo revoltijo de material vegetal. En ese caso, y a pesar de ser una gramínea caducifolia, hay quien recorta las molinias a ras de suelo antes del invierno, evitando con ello ese problema.
Molinia se propaga por división de mata a principios de la primavera, pero hay que tener en cuenta la naturaleza de crecimiento lento de la planta, por lo que es mejor esperar hasta que la planta tenga varios años antes de intentar de dividirlas. Por lo general, las plantas más viejas tienen un agujero negro en el medio, lo que nos da la pista de que es hora de dividirla. También es posible propagarla mediante semillas sembradas en macetas protegidas en un marco frío en primavera.
Mejor en compañía
Sin duda, las gramíneas ornamentales son plantas de jardín que aportan estructura, movimiento, luz e, incluso, sonido. No importa el tamaño, porque todas suelen crean un magnífico efecto, que se multiplica cuando se plantan en masa.
En el caso de Molina, puede cultivarse agrupada de forma aislada para potenciar ese vistoso efecto, aunque es más habitual verla crecer en jardines con esquemas de plantación de estilo naturalista junto a plantas vivaces de floración estival. No en vano, es una de las gramíneas ornamentales favoritas del movimiento New Perennial, junto a otras como Panicum virgatum y Sporobolus heterolepis.
Cuando se cultiva en macizos y borduras de herbáceas, las especies y cultivares de Molinia tienen la ventaja de que se puede situar en la parte delantera o media de la bordura, ya que su aspecto suave y casi transparente permite filtrar la vista de las plantas que se encuentran detrás.
En el libro Planting a New Perspective de Piet Oudolf y Noel Kingsbury, se habla, por ejemplo, de una plantación en matriz simple en los jardines de Bury Court en Hampshire, Inglaterra, con Molinia caerulea formando una masa parecida a una pradera, junto a Digitalis ferruginea, una dedalera de vida corta pero que se siembra sola, y Allium sphaerocephalon, ambas de floración estival.
Hablan también en ese libro de una plantación en el jardín de Piet Oudolf en Hummelo al final del verano, donde Molinia arundinacea ‘Transparent’ forma una masa de tallos sólida y, al mismo tiempo, nebulosa, entre la que se entremezclan Helenium ‘Moerheim Beauty’, Aster novae-angliae ‘Violetta’ y Sanguisorba ‘Thunderstorm’.
El Water Garden de Beth Chatto, por ejemplo, Molinia caerulea ‘Variegata’ se sitúa en la parte delantera de una bordura de herbáceas junto a plantas vivaces como Rudbeckia, Persicaria amplexicaulis y Eupatorium.
Más recientemente, se puede ver en ese mismo jardín de agua una bordura rejuvenecida que incluye algunas plantas de Molinia caerulea subsp. arundinacea ‘Les Ponts de Ce’ que se intercalan entre anuales, como Ammi majus ‘Graceland’, y vivaces, como Helenium ‘Moerheim Beauty’, Euphorbia characias subsp. wulfenii, Dahlia merckii y Geranium ‘Rozanne’.
Cultivares de Molinia para el jardín
Existe un buen número de cultivares de Molina para usos ornamentales en el jardín. Éstos varían en función de factores como la altura y extensión de la planta, la longitud y color de las espigas florales, y el inicio de la floración.
Algunos cultivares de Molinia caerulea incluyen ‘Whirlwind’, ‘Brush’, Strahlenquelle’, ‘Heidebraut’, ‘Dauerstrahl’, ‘Poul Petersen’ y ‘Variegata’, una forma con hojas variegadas muy ornamentales.
Los cultivares de Molinia arundinacea incluyen, entre otros, ‘Skyracer’, ‘Zuneigung’, ‘Transparent’, ‘Cordoba’, ‘Karl Foerster’, ‘Les Ponts de Cé’, ‘Crystal Veil’ y ‘Dark Beauty’.
Fotos: Future Plants, Beth Chatto’s Plants and Gardens, Hermann Gröne y RHS
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