|
Foto: Muhlenbergia Capillaris ‘Penca’ | Foto: Doreen L Wynja – Monrovia |
Las nubes aireadas de flores rosadas y esponjosas no pasan desapercibidas y se convierten en la característica destacada de Muhlenbergia capillaris, una gramínea ornamental cuya estatura relativamente baja la hace adecuada para casi cualquier jardín, especialmente si queremos agregar delicadas tonalidades a la paleta de colores otoñales.
Género Muhlenbergia
Las muhlenbergias son un género de hierbas perennes de la gran familia de las gramíneas (Poaceae), formado por unas 175 especies aceptadas que se distribuyen desde Afganistán hasta el Lejano Oriente ruso y Asia tropical, y América. Entre todas ellas, existe un grupo grande y diverso de muhlenbergias, con follaje ligero que se balancea con una suave brisa, que presentan un porte espectacular, son muy versátiles y requieren muy poco mantenimiento, lo que las hace perfectas candidatas para su uso como gramíneas ornamentales en el jardín.
|
Muhlenbergia capillaris y Sabal palmetto en el Jardín Botánico Cape Fear | Foto: Karl Gercens |
Las especies comunes varían en altura (de 45 a 150 centímetros), florecen de agosto a noviembre y presentan una amplia gama de colores, texturas y patrones de cabezas de semillas. Por lo general, permanecen inactivas durante el invierno.
Y muchos diréis ¿de donde sale ese nombre tan enrevesado, que uno no sabe bien donde poner la hache? Pues bien, el género de esta planta lleva el nombre de Henry Muhlenberg (1711-1787), pastor luterano alemán enviado a América del Norte como misionero, que en realidad se hizo famoso por su trabajo en el campo de la botánica. Su trabajo y la colaboración con los botánicos europeos llevaron a grandes avances en el estudio de las plantas y le valieron la distinción como el primer botánico destacado de Estados Unidos. A Henry Muhlenberg se le atribuye la clasificación y el nombre de 150 especies de plantas en su trabajo de 1785, Index Flora Lancastriensis.
Muhlenbergia capillaris
Si este género es conocido y admirado por jardineros y paisajistas es gracias a la especie Muhlenbergia capillaris, una hierba perenne con área de distribución nativa en el centro y este de los Estados Unidos hasta Guatemala y en el Caribe, donde crece en praderas, páramos y bosques de pinos abiertos. El epíteto específico capillaris procede del latín y significa capilar, semejante al pelo. No hace falta explicar por qué eligieron esa palabra ¿verdad?
|
Inflorescencias rosadas de Muhlenbergia capillaris | Foto: Crystal Hicks |
Muhlenbergia capillaris forma un denso follaje basal, con hojas estrechas y puntiagudas de color amarillo verdoso que forman montículos de hasta 90 cm de longitud. A finales del verano, se cubre con espiguillas de flores de tonos rosados que se elevan hasta 75 cm sobe el follaje y parecen flotar sobre él. De hecho, los diferentes nombres comunes en inglés de esta gramínea, aparte de Pink muhly grass, hacen referencia al aspecto de sus delicadas inflorescencias: cotton candy grass (hierba de algodón de azúcar), regal mist grass (hierba de niebla regia) o pink hair (cabello rosado). Parece que no hay nombres suficientes para definir de qué modo sus inflorescencias surgen como nubes, un efecto realmente atractivo para el jardín que tiene su máxima expresión a finales del otoño y principios del invierno, cuando la mayoría de las otras plantas con flores están terminando.
|
Muhlenbergia capillaris | Foto: Donna DiFrancesco – Water Use It Wisley |
Como a la mayoría de las muhlenbergias, a esta especie le encanta crecer a pleno sol, aunque pueden vivir en condiciones de media sombra. Son tolerantes a la sequía, el calor y el frío, y pueden manejar la mayoría de las condiciones del suelo, incluidos los suelos secos, pobres, arcillosos pesados, alcalinos o salados. Además, es indiferente al pH del suelo. No se puede pedir más.
Además, sobreviven solo con la lluvia, aunque, en su ausencia, tendrán mejor aspecto con un poco de riego suplementario, especialmente en verano. En lado opuesto, es bueno saber que tolera inundaciones periódicas, pero no se puede desarrollar en terrenos de agua estancada y mal drenados.
|
Muhlenbergia capillaris y Agave americana ‘Variegata’ en el Centennial Park, Houston, Texas | Foto: Karl Gercens |
El tema de recortarlas es más una cuestión de gustos personales que una necesidad, porque, aunque se pueden podar sin problema a ras de tierra, las podas no son imprescindibles para mantener el porte de la planta. En cualquier caso, si creemos oportuno hacerlo, podemos recortar aproximadamente un tercio de su altura, pero no necesariamente todos los años. Un ajuste suave un año y otro un poco más minucioso al año siguiente es perfecto y nos permite tener la planta con buen aspecto todo el año. Lo que no debemos olvidar es retirar todos los tallos muertos alrededor de la planta.
Puede usarse como acento vertical o para proporcionar interesantes contrastes y suavizar en rocallas y jardines de grava. Si se plantan agrupadas podemos crear masas de color realmente vistosas en las plantaciones de otoño. Se suele utilizar en jardinería de bajo mantenimiento, jardines de grava, borduras de herbáceas, parterres y como planta tapizante.
Al igual que la mayoría de las gramíneas ornamentales, sirve para el control de la erosión, gracias a sus extensos sistemas de raíces fibrosas que mantienen el suelo en su lugar, lo que la hace útil también en márgenes y taludes.
|
Foto: Missouri Botanical Garden |
Puede reproducirse a partir de semillas (germina bien y con facilidad) o división de mata en primavera. Las semillas se pueden recolectar con un peine, para no dañar el aspecto de las plantas, en noviembre, cuando las inflorescencias comiencen a perder el color rosa.
ESPECIES Y VARIEDADES
► Muhlenbergia capillaris Regal Mist® ‘Penca’
La marca registrada Regal Mist es una selección de Muhlenbergia Capillaris que se destaca por su excelente rendimiento floral. El cultivar ‘Penca’ (foto de portada) forma grupos compactos de hojas verdes que envían espigas de flores coronadas con innumerables flores diminutas al final del verano, formando una nube de color rosa oscuro que flota de 30 a 45 centímetros por encima del follaje. Es impresionante en plantaciones masivas. Se cultiva de forma clonal, no a partir de semillas, lo que garantiza el color de la flor y un perfil de rendimiento constante.
|
Muhlenbergia Capillaris ‘Penca’ | Foto: Doreen L Wynja – Monrovia |
► Muhlenbergia capillaris ‘White Cloud’
Para quienes buscan nubes blancas en lugar de rosadas, tienen la opción en Muhlenbergia capillaris ‘White Cloud’, un cultivar introducido por un vivero de Florida. Es un poco más grande y más erguida que la especie (crece de 90 a 120 centímetros de alto y de 60 a 90 centímetros de ancho) y florece un poco más tarde. Tiene plumas esponjosas de delicadas flores blancas que se elevan unos 30 centímetros por encima del estrecho follaje azul verdoso. Los tallos en flor persisten hasta el invierno.
|
Muhlenbergia capillaris ‘White Cloud’ con Illicium ‘Florida Sunshine’ en el Jardín Botánico Lewis Ginter | Foto: Karl Gercens |
► Muhlenbergia lindheimeri
Hay una especie nativa de Texas y México, Muhlenbergia lindheimeri, con hojas estrechas semi-perennes de color verde medio que proporcionan un carácter suave y relajado en entornos de jardín. El follaje crece de 60 a 90 centímetros de altura y las panículas de flores con forma de pluma pueden alcanzar 1,5 metros de altura. El follaje y las panículas se desvanecen a colores verde pálido y dorado a finales del otoño. Al igual que otras gramíneas del género, es muy adaptable a las condiciones del jardín.