Plantas herbáceas anuales, bienales y perennes. Flores rojas, amarillas, naranjas, rosas, malva, blanco… La primavera y el verano en el campo y en los jardines no serían lo mismo sin las flores de las diferentes especies y variedades de amapolas. Esas efímeras flores de amapolas silvestres que alfombran el campo ofreciendo inspiradoras escenas bucólicas que han servido y sirven de modelo a pintores y fotógrafos profesionales y aficionados; las que se cuelan en los campos de cultivo y se convierte por obra y gracia de los agricultores en flora arvense o “malas hierbas”; las ruderales que florecen en bordes de caminos y sorprenden en zonas urbanas; y, por supuesto, las que cultivamos como ornamentales en nuestros jardines, patios o terrazas.
Papaveráceas
Todas las amapolas pertenecen a la familia de las papaveráceas (Papaveraceae), en su mayoría al género Papaver, integrado por 230 especies de plantas herbáceas anuales, bienales y perennes que se distribuyen fundamentalmente por las regiones templadas del hemisferio norte y algunas citadas en el sur de África. Pero, dentro de esa misma familia, también llamamos amapolas a especies de otros géneros, como Eschscholzia, Glaucium, Meconopsis, Roemeria y Romneya.
Cultivar amapolas a partir de semillas es una forma fácil de añadir llamativas franjas de color al jardín y una forma atractiva de cubrir cualquier espacio no utilizado. Una vez sembradas, volverán a crecer año tras año porque se auto siembran en abundancia y con facilidad o, incluso, porque regresan, cuando se trata de especies perennes.
Amapolas en el jardín
Todas las amapolas crecen en la mayoría de los suelos, pero se obtienen mejores resultados si se cultivan en un suelo bien drenado a pleno sol.
Las semillas de amapola se siembran directamente en el jardín en primavera u otoño. Lo mejor para garantizar el éxito es sembrarlas entre marzo y mayo, pero en ese caso habrá que esperar hasta el verano siguiente para conseguir un buen aspecto. Por el contrario, si se siembra entre finales de agosto y octubre podremos obtener más flores en la primera temporada. No obstante, todo va a depender las diferentes variedades, por lo que es aconsejable consultar las indicaciones que vienen en el paquete de semillas.
Debemos elegir un lugar soleado y con buen drenaje. Una vez que se ha desherbado la zona donde vayamos a sembrar, se rastrilla hasta conseguir una capa fina. Primero vertimos algunas semillas de amapola en la mano para esparcirlas muy finamente por el suelo, creando mechones de aspecto natural.
Dejamos que germinen entre 7 y 30 días, dependiendo de la variedad, el estado del suelo y las temperaturas de crecimiento. La tierra debe mantenerse húmeda durante la germinación. Una vez que las plántulas sean lo suficientemente grandes como para manejarlas, las separamos a unos 30 cm.
Hay que regar la zona con regularidad, especialmente durante los periodos de sequía, pero sin excedernos, para evitar la podredumbre.
Las amapolas se auto siembran, así que, si queremos evitar la propagación no deseada conviene eliminar las flores marchitas a tiempo. Pero, si queremos cosechar las vainas de semillas, hay que esperar a que éstas adquieran un color marrón claro. En ese momento, se pueden cortar y dejar que se sequen durante 1 o 2 semanas antes de abrirlas y almacenar las semillas en un frasco durante un máximo de dos años.
Una vez que las amapolas anuales se hayan convertido en semillas, se pueden arrancar las plantas. En el caso de las bienales y perennes, se corta el follaje viejo hasta el nivel del suelo en otoño.
Gran variedad de formas y usos
A la hora de elegir, podemos optar por una mezcla de semillas para obtener un aspecto de jardín de flores silvestres naturalizadas. Pero si queremos crear una efecto más dramático, podemos sembrar semillas de amapola de un solo color en masa.
Existe gran variedad de formas de amapolas, desde suntuosas amapolas orientales hasta esas admiradas amapolas de campo anuales que surgen en tierras cultivadas. Entre todo ese gran abanico de belleza, algunas especies has servido para obtener interesantes formas hortícolas que mejoran sus cualidades y permiten cultivarlas como ornamentales en el jardín.
Los tipos orientales más grandes son herbáceas perennes y están disponibles en una variedad de colores y formas de flores, incluidos los pétalos rizados. Florecen en mayo y junio y, al ser vivaces, una vez que las flores han pasado, el follaje también muere, por lo que es interesante situarlos en un borde soleado entre las herbáceas perennes de bajo crecimiento que llenen el espacio cuando el follaje de las amapolas muera.
Las amapolas anuales, como las amapolas comunes (Papaver Rhoeas), a menudo se plantan como parte de una mezcla de flores silvestres para la creación de praderas floridas, ya sea en jardines privados o en proyectos de ajardinamiento en zonas urbanas y periurbanas. Son excelentes para llenar rápidamente un espacio en una bordura de jardín y también se pueden cultivar en una maceta.
No hay que olvidar que una de las cosas que tienen en común todas las amapolas es que resultan muy atractivas para abejas y mariposas. Eso las convierte en una valiosa incorporación a jardines de vida silvestre y supone una excelente elección para plantaciones diseñadas para favorecer la biodiversidad en el jardín.
Si cultiva amapolas para uso culinario, la adormidera (Papaver somniferum) es una buena opción, ya que sus semillas se pueden consumir y suelen utilizarse para añadir sabor y toque crujiente a los panes y pasteles.
Hay que tener cuidado, porque las semillas de muchas otras especies de amapolas no son comestibles. Además, no se debe consumir ninguna otra parte de la planta de amapola porque son venenosas.
Algunas especies y cultivares de amapolas
► Papaver rhoeas (amapola común)
Es la popular amapola de delicadas flores rojas que solemos ver y admirar en los campos de maíz y que salpican también los bordes de caminos y terrenos baldíos. Se cree que la amapola común es originaria de la región del Mediterráneo oriental, y parece probable que se introdujo en el noroeste de Europa en las semillas de maíz de los primeros colonos.
La amapola común es una planta erecta anual de unos 75 cm de altura, con hojas pinnadas lobuladas, oblongas. A finales de la primavera y en verano surgen las flores solitarias, de color escarlata brillante y en forma de cuenco, seguidas de las características capsulas que en el caso de la amapola común contienen semillas que pueden permanecer inactivas en el suelo durante más de 80 años antes de germinar.
► Papaver commutatum (amapola escarlata del Cáucaso)
También conocida como amapola escarlata del Cáucaso (su área de distribución nativa se encuentra en Crimea, desde el Cáucaso hasta el norte de Irán y Turkmenistán), es una especie anual similar a la amapola común (P. rhoeas), que presenta hojas pinnatífidas suaves y flores de tallo largo con pétalos de color rojo brillante y una gran mancha negra en la base de cada pétalo. Altura: 40cm.
Destaca la forma hortícola de esta especie, P. commutatum ‘Ladybird’, de flores carmesí con una gran mancha negra cerca de la base de cada pétalo. Altura: 55cm
► Papaver dubium (Amapola oblonga)
Es de la primeras amapolas que aparecen en primavera. Yo las recibo espontáneas cada nueva temporada en el jardín y cada año hay en mayor número porque no intervengo en su proceso. Solo corté las cápsulas para extraer la semillas y sembrarlas en una ocasión, pero no tuve el mismo éxito que la naturaleza, de modo que a partir de entonces opté por dejarlas a su aire y permitir que las cápsulas se abrieran de forma espontánea. El resultado es que cada primavera aparecen amapolas por diferentes rincones del jardín y, a menudo, junto a macetas y jardineras, donde espontáneas, pero bien cuidadas y protegidas.
Se trata de una planta herbácea anual que puede verse en campos de cultivo, bordes de caminos y lugares alterados. Se parece a la amapola común (Papaver rhoeas), pero se diferencia de ésta porque el color de la flor es un rojo más pálido, casi anaranjado, y florece antes. Su área de distribución nativa se encuentra en la Macaronesia, Norte de África, Europa, Asia central y occidental y Japón. Aparece dispersa en gran parte de la Península Ibérica y Baleares.
► Papaver hybridum
Una amapola anual que puede verse en campos de cultivo, bordes de caminos y lugares alterados. Su distribución natural se encuentra en Europa meridional, suroeste de Asia, norte de África y la Macaronesia. Es frecuente en la Península Ibérica y Baleares.
La amapola mestiza es una herbácea anual con flores, de marzo a julio, que tienen un rojo purpurina y las anteras de los estambres de color azul. Aún es más característica su cápsula cubierta de pelos rígidos (setas) dirigidos hacia arriba.
► Papaver somniferum (amapola real o adormidera)
La amapola real o adormidera es la fuente de los alcaloides con los que se elabora el opio, la morfina y la codeina. Pero, sobre todo, es una herbácea anual, suave y glauca, que alcanza 1,2 metros de altura y regala flores grandes (hasta 10 cm) y hojas en forma de corazón con bordes dentados y ondulados. El color de la flor es variable, a menudo blanco o malva, pero los cultivares también pueden ser rojos, rosados, morados o casi negros. Su área de distribución nativa se encuentra en la región mediterránea, Macaronesia y Asia. Altura: 1,2 m.
Entre los cultivares de jardín destaca Papaver somniferum (Paeoniiflorum Group) ‘Black Paeony’, una amapola que pueden alcanzar 90 cm de altura, con flores totalmente dobles con pétalos brillantes, de color rojo oscuro casi negro, seguidos de decorativas vainas de semillas.
► Papaver nudicaule (Amapola de Islandia)
Conocida como amapola de Islandia, es una especie perenne de corta vida, generalmente cultivada como bienal. Su distribución nativa se encuentra desde el sur y este de Siberia central hasta el Lejano Oriente ruso.
Es un tipo enano (30 cm) con follaje peludo, gris verdoso y lobulado. Las flores son fragantes, parecidas al papel y en forma de cuenco pueden ser de color blanco, crema, amarillo, naranja, melocotón o rojo pálido con pétalos con volantes. Florecen desde finales de la primavera hasta finales del verano.
► Papaver orientale (Amapola oriental)
La amapola oriental es una herbácea perenne de unos 90 cm de altura, con un follaje glauco y grandes flores en tonos de rojo, naranja o rosa pálido, a menudo con manchas basales de color púrpura, que surgen en verano.
Su distribución nativa se encuentra en el noreste de Turquía, Georgia, Armenia, Azerbaiyán y el noroeste de Irán, donde habita las zonas subalpinas y alpinas.
Ha sido una planta de jardín popular desde que se introdujo en Europa occidental en 1714. En la actualidad hay al menos 70 cultivares de jardín disponibles, incluidas algunas variedades con flores blancas, muchos de los cuales son híbridos entre P. orientale y P. bracteatum.
Entre estos cultivares destacan P. orientale ‘Karine’, una forma compacta que presenta hojas divididas y flores rosa salmón en forma de platillo, con manchas basales de color rosa oscuro o púrpura; P. orientale ‘Patty’s Plum’ con flores grandes de color púrpura oscuro con volantes, manchadas de negro en la base de cada pétalo; P. orientale ‘Türkenlouis’ con flores escarlata en forma de cuenco y una marca de color púrpura oscuro hacia la base; y P. orientale var. bracteatum, con flores de color rojo oscuro con manchas basales negruzco-púrpuras.
► Eschscholzia californica (Amapola de California o dedal de oro)
Planta anual y erecta (hasta 65 cm de altura) que florece entre abril y julio. Sus flores son grandes y solitarias de color naranja, con sépalos soldados formando una capucha. Las hojas están muy divididas y el fruto tiene forma de cápsula muy alargada.
Su área de distribución nativa se encuentra en el oeste de Estados Unidos hasta México (norte de Baja California). Cultivada como ornamental para jardinería, se ha naturalizado en muchas zonas del mundo. Existen cultivares con flores que pueden ser rojas, amarillas, blancas o anaranjadas según la variedad.
VER TAMBIÉN
- Paisajes de flores silvestres. Reserva Antelope Valley California Poppy
- Amapolas en Arizona: Mexican Gold Poppy
► Meconopsis (Amapola azul del Himalaya)
El género Meconopsis es uno de los miembros más distintivos y hermosos de la familia de las amapolas (Papaveraceae). Distribuidas desde Pakistán hasta India, Nepal, Bután, Myanmar, el Tíbet y el oeste de China, muchas de las especies tienen una gran atractivo hortícola y botánico.
Desde el punto de vista hortícola, hay dos especies cultivadas como ornamental en jardines, especialmente conocidas por sus atractivas flores azules, que le han valido el nombre común de amapola azul del Himalaya: Meconopsis grandis y Meconopsis baileyi ( también conocida como Meconopsis betonicifolia).
Son plantas perennes de corta duración que forma matas con delicadas flores azules en forma de cuenco con centros amarillos. Las flores se desarrollan en sucesión en tallos altos hasta finales de la primavera y principios del verano y aportan un toque de color único en las borduras de hérbaceas sombreadas.
► Romneya coulteri (Árbol de las amapolas)
Tenía que cerrar esta selección con una planta inusual de la familia de las papaveráceas. Romneya coulteri, una amapola que forma un gran arbusto herbáceo con largas rama y follaje gris azulado parecido al de los helechos. En verano, florece con abundancia durante meses, exhibiendo grandes flores tipo amapola de 15 cm de ancho, con pétalos blancos y arrugados y estambres de color amarillo claro.
Su distribución natural se encuentra desde el sur de California a Baja California en el noroeste de México, donde crece principalmente como planta pionera en cañones desérticos y matorrales costeros.
Una oda y una gran ola es lo que se merecen las amapolas y sus efímeras flores ¿no os parece? Las humildes y las suntuosas. Las que aparecen espontáneas en el lugar menos esperado y las que llenan de color la praderas floridas. Las que florecen a principios de la primavera y las que lo hacen durante en verano.
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