Como un elefante en una cacharrería, así entramos en la naturaleza en algunas ocasiones, pisando, arrasando, haciendo ruido y todo por conseguir algún tesoro del que podamos presumir después, a modo de trofeo.
Afortunadamente, algunos coleccionistas son más respetuosos. “Cazadores de plantas, pasado y presente” es el tema elegido este año por Kew Gardens para el Festival de Orquídeas que celebra anualmente en el Princes of Wales Conservatory, donde existe también una exposición permanente.
En 1818 se trasportaron las primeras orquídeas a Inglaterra desde Río de Janeiro. Se logró que floreciera una de ellas y posteriormente fue nombrada como Cattleya labiata. En ese momento, la locura por las orquídeas comenzaba. Pero más de la mitad de las que se transportaron a Europa en el siglo XIX no sobrevivieron.
Para abastecer esa creciente pasión por las orquídeas, muchos invernaderos en el 1800 enviaron “cazadores de orquídeas” para recoger un gran número de plantas en el medio silvestre y enviarlas de vuelta a Europa, donde se conservaban en invernaderos en miniatura. Esos “cazadores” pasaban años fuera y su trabajo se convertiría en una apasionante aventura que en ocasiones les llevaba a encontrar orquídeas de extraordinaria belleza, como el santo grial de las orquídeas: Paphiopedilum sanderianum, descubierta por primera vez en 1885 en las junglas de Borneo y que es considerada una de las orquídeas más asombrosa y espectacular jamás encontrada.
Pero hay más, muchas más. La familia Orchidaceae es la más grande de las plantas con flores, con más de 26.000 especies conocidas y 100-200 especies nuevas se descubren cada año. Se calcula que puede haber otras 5.000 especies más que aún no se han descrito.
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Via Kew Gardens |
Las orquídeas se encuentran en todos los continentes, con excepción de la Antártida; desde el Círculo Polar Ártico hasta las islas subantárticas al sur de Australia. Apreciadas por los coleccionistas por su belleza y amenazadas por la pérdida de hábitat, muchas orquídeas están en peligro de extinción en estado silvestre. La importación internacional y la exportación de orquídeas se controla cuidadosamente y todas las orquídeas se enumeran en el Apéndice II o superior de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES).
El Festival de Orquídeas de Kew tiene como objetivo, no solo ofrecer a los visitantes la posibilidad de ver cientos de ejemplares de las flores más bellas del mundo, sino también, dar a conocer a toda la familia de las orquídeas, la forma en que fueron descubiertas y clasificadas y el trabajo que se hace en los actuales jardines botánicos para su conservación y sostenibilidad en sus vulnerables habitats.
El equipo de 20 horticultores altamente especializado que trabaja en el vivero tropical de Kew se ocupa de 321 géneros diferentes (una de las más diversas colecciones de orquídeas en el mundo) y lógicamente sus objetivos –conservación, investigación científica y educación- son totalmente diferentes de las de un vivero comercial.
Para este festival cuentan con refuerzos, ya que un buen número de las orquídeas que se exhiben son importadas de un vivero comercial holandés.
Este año la estrella del festival es un nuevo híbrido de Phalaenopsis llamado ‘Diamond Sky’ que no se había visto hasta ahora.
Estas son las fotos que muestran todos los preparativos de esa fabulosa exhibición de orquídeas que se inauguró ayer y podrá visitarse hasta el próximo 9 de marzo. Que nos sirva para disfrutar de su atractivo, pero también para sensibilizarnos con la fragilidad de esos tesoros que nos ofrece la naturaleza y que no siempre somos capaces de apreciar y respetar.
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Via Kew Gardens |
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Via Kew Gardens |