“Si te gustan los tonos cálidos y densos, ven a descubrir Giverny en el corazón del otoño: los jardines lanzan su último fuego de color, con un ardor juvenil y exuberante, antes de quedarse dormidos durante el invierno.
Con esas palabras nos invitan, desde el sitio web de Giverny a conocer sus jardines en el otoño. Y continúan “Por la mañana o por la tarde, la luz de la tarde acaricia suavemente los geranios, luego santifica las frágiles rosas de porcelana, frente a la casa de Claude Monet”
Parece que hablar de Monet y Giverny es sinónimo de coloridas flores en primavera y mágicos nénúfares en verano. Pero Giverny no “cierra” en otoño y las flores de su jardín no dejan de brillar. En Clos Normand, un jardín lleno de simetrías, perspectivas y colores (ver: Celebrando la primavera en el jardín de Monet: Clos Normand), las flores muestran tonos rosados, anaranjados y vibrantes amarillos. Retan al otoño e invaden de luz ese jardín.
Las fotos, de Sergey Karepanov, se realizaron en el otoño de 2011 y en ellas se pueden ver coloridas dalias del grupo Dahlia cactus y de otros grupos del género. Blanco,rosa, amarillo, naranja, rojo… no faltan colores gracias a otros géneros y especies como Anemone nemerosa; Cosmos; Aster; Rudbeckia; Heliopsis; Salvia; Calendula, Aconitum, Canna, Rhus y Rosa (rosales escaladores) entre otras. La colorida alfombra en naranja y amarillo la crean las capuchinas (Tropaeolum majus) que tanto juego dan en el huerto, en los jardines y en los patios interiores, como mostraba hace unos días al hablar del Patio interior del Isabella Stewart Gardner Museum en Boston.
En fin, una disculpa como otra cualquiera para volver a “visitar” Giverny, para hablar de Monet y su jardín.
FOTOS | SERGEY KAREPANOV