De jardines y delicias nunca está de más hablar. De pecados, lo dejamos para otro día. Del arte, sí, del arte siempre es un placer ver, leer, escuchar, hablar y disfrutar en todas sus manifestaciones.
Hoy quería comentar una videoinstalación que se inauguró el pasado 4 de julio en el Museo del Prado de Madrid, con motivo de la celebración del V centenario del Bosco. En ese montaje se funden la tecnología más avanzada con el arte del Renacimiento, creando un «Jardín infinito», es decir, un viaje sensorial por el tríptico El jardín de las delicias. No es una adaptación de esa obra, sino una manera de amplificar aún más las cualidades del famoso tríptico ‘del maestro holandés Jheronimus Bosch (El Bosco).
El Jardín de las delicias del Bosco|Museo del Prado
En el sitio web del Museo del Prado, donde se conserva este singular y afamado Tríptico del jardín de las delicias, se pueden apreciar los detalles de la obra del Bosco, donde “la tierra es plana, con agua alrededor y con abundante vegetación, rodeada de una esfera, con reflejos luminosos para dar la impresión de ser cristalina y traslúcida”.
El panel izquierdo del tríptico está dedicado al Paraíso terrenal. El panel central -que da nombre al tríptico, conocido como El jardín de las delicias o La pintura del madroño– está poblado por gran número de figuras humanas, animales, plantas y frutas, con tamaño exagerado, y figuras humanas representando escenas que simbolizan un paraíso que se resquebraja, aludiendo a su fragilidad, al carácter efímero de las «delicias» que gozan los seres humanos que pueblan este jardín.
De la lujuria de ese jardín de las delicias se pasa al Infierno, en el panel de la derecha, donde todos los pecados capitales reciben su castigo. Un cuadro de cuadros y un sinfín de símbolos que ahora se han amplificado en la videoinstalación “Jardín Infinito”.
Videoinstalación “Jardín Infinito”
Esta videoinstalación podría considerarse una nueva obra de arte que permite adentrarse sumergirse en El jardín de las delicias, pasear por sus paisajes; por la magia, el sueño y el misterio que envuelven a esas imágenes en miniatura que conforman el tríptico.
El trabajo de recreación de la obra del Bosco lo han realizado el artista Álvaro Perdices y el cineasta Andrés Sanz. Para ello, partieron de la obra del Bosco como si fuera un mapa, donde se adentran en las imágenes y las ponen bajo el microscopio. Diseccionan, recortan y ensamblan detalles de los múltiples mundos pictóricos del cuadro generando un espacio completamente sensorial. Con ello logran crear viajes e itinerarios donde es el espectador el que se convierte en una miniatura. Son, en definitiva, imágenes fragmentadas, con cambios de escala y sorprendentes micronarrativas.
¿Cómo paseamos por El jardín de las delicias del Bosco?
El ‘Jardín infinito’ Lo conforman dieciocho proyectores, en un perímetro de 360 grados y un prisma central, y 16 pistas de sonido sumergen al visitante en el mundo de la emblemática obra del maestro holandés, recreada por el artista Álvaro Perdices y el cineasta Andrés Sanz en la sala C del museo, para la que ha sido creada ex profeso.
Habrá que ver cómo sienten ese largo paseo de aproximadamente 75 minutos de duración (no es necesario permanecer todo ese tiempo) quienes tengan la oportunidad de visitar la sala C del Museo del Prado de Madrid, donde se ha instalado ese “Jardín Infinito” que permanecerá hasta el 2 de octubre de 2016.