“No estoy seguro de poder llamarme jardinero. Trabajo en el jardín, a veces obsesivamente, me divierte y juego. Compro libros, estudio e intento aprender. Mi interés despierta a comienzos de la primavera y alcanza su punto máximo a fines del verano cuando me doy cuenta de la disminución de la luz. Durante estos seis meses llenos de luz, estoy cautivado por este pequeño parche de verde. Caigo bajo su hechizo y lo mimo. Gasto dinero en ello, lo cuido y lo alimento”
Gordon Leney es arquitecto y jardinero urbano. Así se presenta en su perfil de Instagram, donde nos cuenta foto a foto cómo marcha su jardín ubicado en un gran barrio suburbano del noroeste de Londres. Son casas que en la década de 1860 estaban destinadas a la clase media alta. Viviendas que han sobrevivido a dos guerras mundiales y que con el paso del tiempo se acabaron dividiendo. Ahora, en cada piso reside un vecino y el jardín se comparte. De ahí el nombre que utiliza Gordon Leney “Half a Garden” (mitad de un jardín).
Su casa ocupa el nivel más bajo y sus ventanas frontales están iluminadas por un soleado patio de adoquines. La parte posterior está orientada al norte. Hacia el final del verano, la sombra proyectada por la casa sobre el jardín lo convierte durante seis meses al año en una zona húmeda y crepuscular. No es hasta marzo cuando los pálidos rayos del sol comienzan a reaparecer en los rincones más recónditos y el jardín renace.
Todo esto es lo que el relata y las fotos que comparte en su perfil de Instagram lo confirman. Es solo la mitad del jardín que él quisiera tener, y la falta de escala ha limitado su campo de acción, pero lo que es seguro es que durante los meses que este jardín urbano le da tregua, es una delicia observar con sus ojos cada rincón. Con él os dejo porque hoy invita @haltfagarden, y recordad que también os espero en mi cuenta de Instagram @latabla_blog
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