Una de las especies autóctonas más utilizada para jardinería mediterránea de bajo mantenimiento en nuestro país es Viburnum tinus (durillo), un arbusto perennifolio que entre enero y abril desarrolla grupos de inflorescencias corimbosas, parecidas a umbelas, de color rosado. Una fiesta para el jardín de invierno.
Jardinería de bajo mantenimiento
La preocupación y aumento de la sensibilización con respecto a la necesidad de alternativas a la jardinería de gran consumo es ya un hecho. Los espacios verdes públicos y los jardines privados cada vez tienen más en cuenta aspectos como el uso racional del agua de riego, la incorporación de plantas autóctonas, así como aquellas plantas que se adapten a los correspondientes climas de cada región; la simulación, en la medida de lo posible, del entorno que nos rodea, entre otras medidas.
En función de cada uno de esos aspectos podemos hablar de jardinería mediterránea, de paisajismo autóctono, jardinería sostenible, xerojardinería, jardinería de bajo mantenimiento, etc… Cada una incide especialmente en uno o varios de esos aspectos, pero, en líneas generales todas esas tendencias en la jardinería se pueden englobar dentro de la categoría de jardinería de bajo mantenimiento.
En lo que a la selección de especies vegetales se refiere, a más de una persona le puede parecer que esa jardinería de bajo mantenimiento nos va a limitar mucho el abanico de posibilidades. Obviamente no es así. Existe una variedad de especies autóctonas muy amplia en nuestro paisaje que nos va a cubrir todas las necesidades, no solo en cuanto a forma y textura, sino también al color de su floración, adaptación a clima y suelo e, incluso, a la época de floración.
Plantas autóctonas | Viburnum tinus
Viburnum tinus Género: Viburnum
Familia: Adoxaceae
Una de las especies autóctonas más utilizada para jardinería mediterránea de bajo mantenimiento en nuestro país es Viburnum tinus (durillo, duraznillo, tino, sauquillo o marfull, entre otros nombres comunes) una especie del género Viburnum, y cuyo rango de distribución nativa está en la región mediterránea y como especie introducida en Gran Bretaña y México.
Se trata de arbusto perennifolio que puede crecer como un pequeño árbol (la altura media de la planta es de 1 a 4 metros). Habita zonas sombrías y húmedas de bosques de encinares y matorrales perennifolios de la región mediterránea septentrional. En la Comunidad Valencia, por ejemplo, se distribuye por toda el área geográfica.
En el jardín
Aunque en su hábitat natural puede crecer en suelos pobres, calizos y pedregosos, el Viburnum tinus o durillo que cultivamos en el jardín tienen un mejor desarrollo en suelos bien drenados, ricos y profundos.
El durillo es un excelente arbusto que se suele utilizar para crear setos, aunque también luce muy bien plantado en grandes jardineras o macetas, en cuyo caso tendremos que vigilar más el riego y no dejar que se seque el sustrato.
No tiene una tendencia limitante en lo que se refiere al pH del agua o el suelo; crece bien a pleno sol, pero en ese caso aumentan sus requerimientos hídricos, por lo que suele ser recomendable situarlo como lo haría en su hábitat natural, en zonas de media sombra.
Flores en invierno
Su fiesta viene en invierno. Entre enero y abril desarrolla grupos de inflorescencias corimbosas, parecidas a umbelas, de color rosado, que acaban exhibiendo diminutas flores blancas que son un regalo para la vista en la estación invernal.
Además, esas pequeñas flores atraen insectos beneficiosos para el jardín y sus frutos son también un buen festín para los pájaros.
Poda al finalizar la floración
El Viburnum tinus admite muy bien la poda y el recorte de las hojas; pero si queremos disfrutar de ese espectáculo floral en pleno invierno, es preferible podarlo justo después de la floración, es decir, entre marzo y abril, dependiendo de cada circunstancia. Esa es la ventaja de la poda selectiva en el jardín, ya que hay personas que prefieren cortar, sin distinción, todos los setos al finalizar la temporada estival, por lo que en ocasiones puede hacer que no lleguen a disfrutar de algunas floraciones, como es el caso del durillo.
Si os fijáis, hasta ahora solo he mencionado cosas buenas sobre el Viburnun tinus. Creo que no queda mucho que añadir, salvo que todo jardín mediterráneo que se precie y quiera desarrollar una jardinería bajo criterios respetuosos con el medio ambiente, debería tener algún ejemplar de esta especie mediterránea. Si es un seto, magnífico, porque aparte de la belleza que va a incorporar a ese jardín, habría que añadir los beneficios que comenté en su día cuando hablaba del seto vivo como una de las medidas a adoptar dentro de la jardinería sostenible.
Los jardines de estilo naturalista también tienen en esta especie un gran aliado en la región mediterránea y, por supuesto, la rusticidad de esta planta la hace una gran opción en otras regiones más alejadas de su hábitat natural, incluso donde el frío puede resultar un inconveniente para otras especies, ya que el durillo puede soportar temperaturas mínimas de -12º a -18º C. Soy muy fan del durillo, sin duda, creo que ha quedado suficientemente claro; y muy enamorada de sus racimos de flores, también.
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