Las plantas de Aloe arborescens atraen aves e insectos beneficiosos cuando florecen y eso sucede en invierno. Estamos de suerte. Su tallo floral surge en una inflorescencia simple, de unos 60 cm y contiene un racimo de 20-30 cm (suele ser cónico) donde se reúnen las flores de color rojo.
Aloe arborescens
En estado silvestre, Aloe arborescens se suele encontrar en altitudes desde el nivel del mar hasta en las montañas, donde vegeta en afloramientos rocosos y riscos expuestos.
Es originaria, principalmente, de la costa suroriental africana, se encuentra en Sudáfrica, Mozambique, Zimbabue y Malaui.
Esta especie comparte propiedades medicinales con Aloe vera y es comúnmente utilizada para tratar quemaduras. Además, se le atribuyen otros efectos beneficiosos para el tratamiento de diversas enfermedades, pero ese asunto es materia de expertos.
Las especie está incluida dentro la familia Asphodelaceae, la misma a la que pertenecen plantas que hemos visto anteriorment, como Kniphopia praecox y otras especies del género Hemerocallis y Asphodellus. Hoy quería simplemente mostrar las imágenes de hace menos de un mes de una planta suculenta muy popular, que en zonas con clima cálido funciona muy bien y es una buena candidata para jardines mediterráneos.
No apto para cultivo en maceta porque se desarrolla considerablemente
El Aloe Arborescens tiene forma arbustiva, con la base leñosa y muy ramificado. No es precisamente una planta suculenta para cultivar en maceta ni, obviamente, como planta de interior, puesto que se desarrolla considerablemente; incluso, cuando presenta un tallo único dominante, éste mide entre uno y cuatro metros.
A sus grandes y suculentas hojas, hay que unir la belleza del intenso color de sus flores en invierno, época en la que nos es tan habitual encontrar floración, aunque en los últimos días he ido reuniendo ya unas cuantas plantas que le sacan los colores al invierno, y lo hacen muy bien, por cierto.
El Aloe arborescens no es exigente en su cultivo, por lo que es una planta adecuada para jardines de bajo mantenimiento. Son también una excelente opción para jardines costeros. No debe preocuparnos una ligera helada, porque se defienden bien de ellas.
Disfruta de una posición a pleno sol, con suelo bien drenado. Los riegos tienen que ser regulares, en primavera y verano, pero sin excedernos. Lo ideal es regar abundantemente y después dejar secar la tierra hasta el siguiente riego. Al llegar el otoño se suspenden los riegos, que se irán estableciendo gradualmente cuando comienza la primavera. Hay que retirar, con protección ¡claro!, las hojas basales cuando presentan signos de pudrición.
Como contrapartida, su facilidad para reproducirse, como suele suceder con todas las suculentas, ha motivado que en las Administraciones de algunas Comunidades Autónomas de nuestro país exista la correspondiente regulación. En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, el Aloe arborescens está incluido en la relación de especies exóticas cuya siembra, plantación o abandono de restos se encuentra sometida a limitaciones específicas.
Lo cierto es que siempre debemos respetar la normativa que establecen los respectivos Ayuntamientos con relación a la recogida y gestión de los residuos o restos de poda. Nada de depositarlos en el primer lugar que se nos antoje. Eso no debemos hacerlo nunca.