Los jardines a veces se comportan como los hijos, los sobrinos, los hijos de los vecinos y… se comportan como niños, pestañeas y han crecido; vuelves a pestañear y… viven en otra casa.
Nos quedamos casi ensimismados observando algunos jardines en primavera. Continuamos disfrutando de su esplendor a lo largo del verano. Al final de esa estación vamos descubriendo rincones llenos de encanto, colores que se apagan y otros que se intensifican para anunciar la llegada del otoño. Los rojos, los ocres y los amarillos se encargan de anunciar que todo cambia.
Antes de que terminemos de asimilar la belleza de esas estampas otoñales; antes de que uno se recupere del agotamiento de recoger el verano, protegerse del invierno y preparar la siguiente temporada; incluso, antes de volver a pestañear, la primavera asoma descarada para recordarnos, por ejemplo, dónde enterramos en su día esos bulbos llenos de ilusión.
Supongo que algo parecido estarán pensando los voluntarios que trabajan en el mantenimiento de Vlinderhof, un jardín comunitario, diseñado por Piet Oudolf, que se creó, a iniciativa de un grupo de vecinos, dentro de un parque –Maximapark- en la ciudad holandesa de Utrecht. Visitamos esos jardines el pasado otoño, a través de imágenes con colores dorados y brillantes, estaba sencillamente espectacular. La información sobre el jardín y esas fotos podéis verlos en esta entrada: Jardinesc omunitarios: Vlinderhof. Octubre 2015.
También compartí las fotos que mostraban cómo estaban plantando ya los bulbos de primavera que ahora comienza a despertar, concretamente, el azul pálido del Iris ‘Sheila Ann Germane’ (Reticulata), un híbrido entre Iris histrioides e Iris winogradowii, del que se plantaron 3.000 bulbos.
Vlinderhof | las flores asoman
Ayer vi estas imágenes y sentí alegría. Pensé, bueno, tampoco te pongas así que tú no has plantado nada en ese jardín. ¿Cómo que no? Claro que sí, cierto que yo no me manché las manos en ese jardín, pero la ilusión… eso no me lo quita nadie.
Con el mismo entusiasmo comparto hoy los primeros signos de la primavera que asoma en Vlinderhof; con fotos de las flores que despiertan, sí, pero sobre todo con imágenes de los vecinos, de todas las edades, que saben que la fiesta ha comenzado de nuevo y sus gestos así lo confirman, terminan de recoger el invierno. Las gramíneas, ahora sí, se han cortado. Todo preparado. Guiños que hoy se convierten en una buena escusa para desearos a todos una feliz primavera, si es posible jardineando o, mejor aún, disfrutando de lo que se recoge después de sembrar.
Fotos Vlinderhof y estos son sus enlaces en Facebook y Twitter