También conocidos como bosques de alimentos, los jardines forestales son sistemas sostenibles de producción de alimentos y otros productos útiles que, aprovechando que la naturaleza sabe hacer las cosas bastante bien, buscan emular los ecosistemas boscosos naturales lo más fielmente posible. De este modo, en el diseño de un jardín forestal se combinan árboles, arbustos y herbáceas perennes que crecen como lo harían en la naturaleza, para crear sistemas de cultivo de bajo mantenimiento, aprovechando al máximo el espacio del jardín.
Jardinería forestal: la forma de uso de la tierra más antigua del mundo
Los jardines forestales son probablemente la forma de uso de la tierra más antigua del mundo. Se originaron en tiempos prehistóricos a lo largo de las orillas de los ríos de la selva y en las laderas húmedas de las regiones monzónicas. En los trópicos, los jardines forestales todavía son comunes. Se conocen como jardines domésticos en el sur de la India, Nepal y el sur de África; Jardines forestales de Kandy en Sri Lanka, huertos familiares en México; y pekarangan en Java.
En las regiones templadas, los jardines forestales son una innovación más reciente. El concepto de jardinería forestal fue iniciado en el Reino Unido durante la década de 1970 por Robert Hart, quien examinó las interacciones y relaciones que tienen lugar entre las plantas en los sistemas naturales.
En particular, Robert Hart (1913-2000) analizó los bosques caducifolios de las Islas Británicas, así como los abundantes ‘huertos domésticos’ productores de alimentos de Kerala, en el sur de la India. A diferencia de muchos jardines cultivados, pudo observar que la naturaleza no compartimenta claramente sus paisajes con plantas ornamentales que crecen en un lugar, vegetales en otro y árboles en un tercer lugar. En el bosque, varias plantas, como árboles, arbustos, trepadoras y cubiertas del suelo crecen apiladas para encontrar sus propios requisitos dentro de su ‘nivel’ particular en el sistema. De este modo, se obtiene un mayor rendimiento ocupando un área más pequeña.
Durante la década de 1980, Robert Hart adaptó la jardinería forestal al clima templado del Reino Unido. Sus teorías fueron desarrolladas más tarde por Martin Crawford de Agroforestry Research Trust, una organización benéfica sin ánimo de lucro registrada en Inglaterra, que investiga y educa sobre agroforestería y cultivos perennes.
Posteriormente, en octubre de 1990, Bill Mollison, quien acuñó el término permacultura, visitó a Robert Hart en su jardín forestal en Wenlock Edge y, a partir de esa experiencia, el sistema de siete capas de Hart ha sido incorporado como un elemento común de diseño de la permacultura. De hecho, muchos practicantes de permacultura promueven los jardines forestales, incluido Patrick Whitefield, quien escribió How to make a forest garden en 1996.
En las últimas décadas se han creado jardines forestales en todo el mundo templado, jardines que en América y Australia a menudo se les llama ‘bosques de alimentos’.
Qué es un jardín forestal
La norma que tutela el diseño de un jardín forestal es trabajar con la naturaleza y no contra ella, y eso se consigue imitando el ecosistema más exitoso de nuestro planeta: el bosque. Pero ¿Cómo funciona este sistema de cultivo?
Objetivos principales
- Ser biológicamente sostenible, para tener la capacidad de adaptarse a perturbaciones como el cambio climático, la sequía y las inundaciones.
- Ser productivo. En este concepto se incluyen productos destinados a la alimentación, medicamentos, cuidado y belleza, infusiones y otros productos artesanales.
- Requerir bajo mantenimiento.
Características clave
Las características clave que contribuyen a la estabilidad y la naturaleza autosuficiente de este sistema son:
- La gran cantidad de especies utilizadas, que aportan gran diversidad.
- La cuidadosa inclusión de plantas que aumentan la fertilidad, como fijadores de nitrógeno.
- El uso de acumuladores dinámicos: plantas de raíces profundas que pueden aprovechar las fuentes minerales en las profundidades del subsuelo y elevarlas a la capa superior del suelo donde quedan disponibles para otras plantas.
- El uso de plantas especialmente elegidas por su capacidad para atraer a los depredadores de plagas comunes.
- El uso, cuando sea posible, de variedades resistentes a plagas y enfermedades.
- El papel cada vez mayor de la cubierta arbórea y la hojarasca que mejoran el ciclo de nutrientes y la resistencia a la sequía.
Diseñando en capas un jardín forestal
Un jardín forestal está organizado en hasta siete ‘capas’. En ellas, el posicionamiento de las especies depende de variables que tienen que ver con sus requisitos de refugio, luz, humedad, buenos/malos compañeros, requisitos de minerales, polinización, protección contra plagas, etc.
❶ Capa de “dosel”
El “dosel” es la capa más alta, e incluye árboles maduros de gran tamaño. Tradicionalmente, las coníferas y el cedro han sido árboles de dosel para los jardines forestales, pero los jardines forestales creados en las últimas décadas incorporan árboles frutales como el roble, la pacana, la papaya, el caqui y la nuez. En cada caso, lo mejor es optar por especies que sean adecuadas para el área y sitio donde se vayan a plantar.
❷ Capa de pequeños árboles y grandes arbustos
En la segunda capa del bosque forestal se plantan árboles pequeños y grandes arbustos, casi siempre plantados entre y debajo de los árboles del dosel. Suelen ser árboles frutales enanos, como la manzana enana, la pera, la cereza y el melocotón.
❸ Capa de arbustos frutales
La tercera capa se planta con arbustos productores de bayas, en su mayoría bastante tolerantes a la sombra, como las grosellas, el arándano o la frambuesa.
❹ Capa de herbáceas perennes
La siguiente capa la ocupan las herbáceas perennes, algunas de las cuales contribuirán a la capa de cobertura del suelo por autosiembra o esparcimiento. En ella se plantan especies como ruibarbo, acedera, eneldo, tomillo, consuelda y orégano, así como plantas de flor.
❺ Capa de cobertura de suelo
Esta capa está formada por plantas rastreras que formarán un mantillo vivo para el ‘suelo del bosque’ y un cubierta vegetal comestible.
❻ Raíces y rizosfera
En esta capa subterránea se incluyen plantas perennes con raíces útiles, como la zanahoria, y hongos beneficiosos.
❼ Capa vertical
La capa vertical está formada por especies de enredaderas y trepadoras. En este caso, son generalmente adiciones tardías al jardín, puesto que necesitan árboles fuertes para trepar.
A pesar de tratarse de un sistema biológicamente sostenible a largo plazo y que una vez establecido apenas requiere trabajo de mantenimiento, hay que tener en cuenta que, generalmente, la plantación requiere un gran número de plantas y el establecimiento un trabajo considerable.
Jardín forestal en cualquier espacio
Quienes no tienen jardines donde aplicar este sistema, pueden adaptar los principios básicos de la jardinería forestal a cualquier espacio, desde un huerto urbano hasta una terraza o balcón.
Si queremos profundizar en el conocimiento de este sistema de cultivo, para adaptarlo después a nuestras circunstancias y necesidades, existen diferentes publicaciones sobre la jardinería forestal, en su mayoría en lengua inglesa. No obstante, el año pasado se publicó Bosques y jardines de alimentos: Diseño, plantación y mantenimiento, un libro donde sus autores nos orientan, teniendo en cuenta nuestra climatología, posibilidades y preferencias, sobre cómo crear ese espacio de diversas funciones que, con la madurez, disminuye en cuidados y aumenta en cosechas.
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