Florece profusamente desde la primavera hasta bien entrado el otoño. Además, posee una alta resistencia a enfermedades, plagas y contaminación, y todo ello sin tratamientos ni pesticidas. No es de extrañar que la Rosa ‘La Sevillana’, un gran clásico entre los clásicos, sea el rosal paisajístico más vendido en Europa desde que se obtuvo la variedad y se introdujo en el mercado, allá por el año 1979.
El rosal ‘La Sevillana’ es ya una de esas “plantas de toda la vida”, especialmente popular en los jardines públicos y privados ubicados en regiones de clima mediterráneo. Allí, estos rosales crecen, prosperan y florecen profusamente durante buena parte del año sin apenas rechistar ni dar trabajo.
En España, y de la mano de los Ferrer –una de las principales familias de obtentores, cuyo vivero valenciano es uno de los mayores productores de rosas de España–, la jardinería pública ha hecho buen uso de este rosal paisajístico en las últimas décadas. En la Comunidad Valencia, por ejemplo, es habitual ver durante gran parte del año las manchas de color rojo bermellón de las flores de estos flamantes rosales en parques y jardines públicos de ciudades y pueblos.
Pero ese éxito tiene sentido si tenemos en cuenta que la Rosa ‘La Sevillana’ reúne las cualidades más buscadas en las rosas modernas de jardín: la reflorescencia o remontancia, y una mayor resistencia a enfermedades. A esas virtudes habría que añadir que es un rosal que requiere poco mantenimiento y se adapta estoicamente a condiciones adversas, incluida la contaminación atmosférica.
Rosa ‘La Sevillana® Meigekanu’
La Rosa la ‘La Sevillana’ fue obtenida por Marie-Louise (Louisette) Meilland –prolífica hibridadora de rosas de la casa Meilland, uno de los viveros criadores de rosas más prestigiosos del mundo– e introducida en Francia por su empresa familiar en 1979 como ‘La Sevillana® Meigekanu’. Una variedad hibridada que marcó un verdadero hito en la historia de las rosas modernas, rosas que siempre se desea que sean más floríferas y fáciles de mantener.
Desde entonces, este espléndido rosal paisajístico ha obtenido numerosos premios en diferentes certámenes internacionales. Pero la mejor recompensa, sin duda, ha sido la de su éxito en la industria de la horticultura ornamental, que, a día de hoy, todavía se mantiene.
Una rosa floribunda
‘La Sevillana’ produce constantemente inflorescencias compuestas por ramos de 3 a 15 rosas de 8 centímetros de diámetro, cada una de ellas con aproximadamente 6 pétalos de un luminoso color rojo bermellón.
Esa profusa floración, que se inicia en primavera, puede producirse hasta finales del otoño e incluso a mediados del invierno si se cultiva en zonas mediterráneas.
Apenas tiene fragancia, que es discreta y ligera, y especialmente perceptible cuando hace buen tiempo o cuando se introducen en un jarrón.
Un arbusto vigoroso resistente a enfermedades
‘La Sevillana’ es un rosal vigoroso que se desarrolla rápidamente hasta convertirse en un arbusto tupido y erguido, pudiendo llegar alcanzar 1,5 metros, incluso más, si no se practican podas severas.
Posee ramas fuertes y espinosas, que llevan un abundante y muy decorativo follaje de color verde bronce, con brotes tiernos teñidos de rojo.
Con una excelente resistencia a plagas y enfermedades sin necesidad de tratamientos ni pesticidas, su follaje persiste hasta bien entrado el otoño.
De bajo mantenimiento
Otras de las cualidades de la Rosa ‘La Sevillana’ es que requiere muy poco mantenimiento. Tan solo es necesario podar el rosal en febrero o marzo a partir del segundo año.
Puede podarse muy corto, si lo que se desea es mantener el rosal compacto (menos de 1 metro de altura). Si se quiere conservar un poco de volumen o simplemente un tamaño de armonización, basta con podarlo hasta la mitad.
Lo que sí es importante es rejuvenecer el rosal cada 7 u 8 años, realizando un corte severo durante el invierno.
En el jardín
En jardinería y diseño de jardines el rosal ‘La Sevillana’ es especialmente apreciado en plantaciones masivas, donde crean un efecto extraordinario. Pero también funcionan bien a menor escala en jardines más modestos, donde llaman la atención en plantaciones aisladas en grupos de tres plantas. También son rosales indicados para la creación de setos.
Otra manera de introducir la Rosa ‘La Sevillana’ en el diseño de jardines es como planta de acento, combinada con especies vivaces y gramíneas ornamentales.
El paisajista español Miguel Urquijo, por ejemplo, utilizó con éxito en su día este rosal como planta de acento en un jardín privado de Salamanca, rodeada de lavanda (Lavandula officinalis). En ese jardín de aromáticas y vivaces, también se combinó Rosa ‘La Sevillana’ con Artemisia, Iris, Erysimum ‘Bowles Mauve’, Elaeagnus ebbingei y Eremurus robustus.
También disponible como rosal trepador
Esta variedad de rosal arbustivo tupido y erguido, dio por mutación natural, el rosal trepador ‘La Sevillana ® Meige-kanusar’, una versión trepadora que ofrece la misma resistencia a las enfermedades, el mismo follaje decorativo de color verde bronce y es tan florífero como el rosal paisajístico del mismo nombre.
En la imagen de abajo se puede ver este rosal trepador con Rosa ‘Pierre de Ronsard’ y Rosa ‘Domaine de Courson Meidrimy’ creciendo en la parte exterior del Umbráculo del Jardín Botánico de Valencia. Ver más en: Algunas rosas de mayo y del Jardín Botánico de Valencia.
TEMAS RELACIONADOS
- Rosas y otras plantas fragantes: un espacio pequeño pero relajante y un paraíso para los insectos polinizadores
- Rosas silvestres e híbridos: flores sencillas que adoran los polinizadores
- Plantas vivaces que combinan bien con las rosas
- 10 rosales con vistosos escaramujos en otoño (y también en invierno)