Algunas especies de rosales silvestres y los híbridos obtenidos de ellas son cada vez más apreciadas, especialmente en aquellos jardines con estilos de plantación más naturalista que favorecen la biodiversidad en el jardín, gracias a sus elegantes flores sencillas, que adoran los polinizadores; y a sus escaramujos, que se convierten en delicioso alimento para las aves.
A medida que los jardineros tomamos conciencia de la necesidad de practicar una jardinería amigable con la vida silvestre, nuestros gustos en lo que al diseño de jardines se refieren han ido cambiando en las últimas décadas. Ya no buscamos flores con colores llamativos, ni tampoco demasiado pomposas. Las rosas no son una excepción.
Los rosales silvestres, las especies del género Rosa que crecen en la naturaleza, son la esencia, el origen y la causa de que podamos disfrutar ahora en los jardines de maravillosos cultivares de rosas, que han sido mejorados mediante hibridaciones y selección artificial para deleitarnos aún más. Habitualmente florecen solamente una vez al año. Sus flores son sencillas, generalmente de 5 pétalos, y suelen ser de color purpura, rosa, blanco o amarillo. Solo existen algunas especies con flores rojas y ninguna en color azul.
Flores sencillas más accesibles para los polinizadores
Hay mucho que decir de las rosas silvestres, y eso lo saben bien los poetas, que las han convertido en una metáfora del amor, la pasión e, incluso, el desafío. También tiene mucho que ofrecer. Sus pétalos generan aromas cautivadores y sus semillas se convierten en aceites esenciales, pero, además, las rosas silvestres han formado parte de las más efectivas pócimas de amor desde la Edad Media. Bueno, esto último no creo que sea realmente efectivo, pero, utilizar, sí que se utilizaba.
Las rosas silvestres no solo han inspirado a los poetas. En los últimos años, también han interesado a fitomejoradores y diseñadores de jardines, quienes coinciden en que las flores individuales de las rosas silvestres encajan perfectamente con la nueva tendencia de mayor naturalismo en el jardín, por su aspecto más fresco y salvaje. A esa virtud, hay que sumar su capacidad de favorecer la biodiversidad en el jardín, al atraer a una amplia gama de polinizadores, como abejas, abejorros y mariposas, que pueden acceder a sus flores sencillas con más facilidad; así como a las aves, que acuden después en busca del delicioso alimento que ofrecen los escaramujos en otoño e invierno.
Rosas silvestres mejoradas
Hay cientos de rosales silvestres en todo el mundo y algunos, como Rosa glauca, son excelentes plantas de jardín. Pero, además, en las últimas décadas, los fitomejoradores han partido de la sencillez natural de la rosa silvestre y la han combinado con una larga y prolífica temporada de floración, resistencia a enfermedades y nuevos colores. Esto ha dado lugar a una gama cada vez mayor de híbridos modernos y compactos, algunos de ellos con flores bicolores. Son nuevas selecciones de rosas silvestres que incluyen rosales arbustivos, de cobertura, de patio, trepadores y ramblers.
Una de mis favoritas es Rosa ‘Ballerina’, un rosal que descubrí hace casi una década en el Jardín Botánico de Madrid, cuyas flores son realmente encantadoras. También me llamaron la atención hace unos años las flores de algunos de los híbridos de Rosa persica, con flores bicolores que, desde entonces, suelo ver en la rosaleda del Jardín Botánico de Valencia.
En blanco puro, no quiero olvidarme de mencionar también a Rosa ‘Kew Gardens’, que es, sin duda, un rosal espectacular.
Algunas observaciones en el cultivo de rosas silvestres e híbridos
En líneas generales, todos estos rosales prefieren situaciones soleadas y crecen bien en cualquier suelo, siempre que no esté demasiado seco, pero tampoco anegado.
Existen algunas especies que se pueden propagar mediante esquejes de madera dura tomados a finales del otoño, aunque el éxito es variable.
También hay que tener en cuenta que algunas selecciones necesitan poda convencional mientras están inactivas; otras se podan mejor después de la floración; y en algunos casos es mejor dejar los rosales sin podar. Por eso, lo recomendable es consultar con el vendedor las necesidades concretas de tu rosal o las que aparecen en la página web cuando se compran a través de la página web del productor o distribuidor.
Ejemplos de rosales silvestres y selecciones
► Rosa glauca
Rosal arbustivo que en primavera presenta pequeñas flores de cinco pétalos de color rosa intenso, con el centro blanco. Las flores contrastan con el follaje de color púrpura plateado con venas oscuras en los tallos casi sin espinas. Las flores son seguidas por escaramujos de color rojo-púrpura oscuro. Perfecta para seto. Altura y extensión: 1,8 x 1,5 m.
► Rosa ‘Ballerina’
Es un híbrido almizcleño (apariencia de rosal antiguo)/Polyantha que produce prolíficos racimos de pequeñas flores sencillas de color rosa intenso, de ojos blancos, con un aroma ligero y almizclado. Las flores se abren de junio a otoño y palidecen a medida que maduran; y son seguidas de racimos de pequeños escaramujos rojos. Son ideales para cultivar en macetas o contenedores. Altura y extensión 1,5 x 1,6 m.
► Rosa x odorata ‘Mutabilis’
Un rosal trepador o rastrero con fascinantes flores sencillas, ligeramente perfumadas, que se abren de junio a octubre en color beige amarillento, madurando de rosa a rojo oscuro. Las espinas, grandes y escasas, y el follaje nuevo son de color carmesí. Aprecia una situación resguardada. Medidas: 120 x 90 cm.
► Rosa xanthina ‘Canary Bird’
Rosal arbustivo que resulta espectacular cuando está en plena floración. Las flores sencillas, de color amarillo ranúnculo de 5 cm, recubren sus ramas arqueadas en abril y mayo, y finalmente se tornan color crema. Los tallos rojizos, con espinas de color rojo intenso, llevan pequeños escaramujos de color púrpura oscuro. Altura y extensión: 2,4 x 4 m.
► Rosa ‘Sally Holmes’
Rosal arbustivo casi sin espinas, que produce racimos de hasta 40 flores sencillas de 8 cm que son ligeramente perfumadas. Las flores son inicialmente cremosas, y se abren a un blanco ligeramente ruborizado de junio a otoño. Altura y extensión: 2,4 x 1,5 m.
► Rosa rugosa ‘Scabrosa’
Un rosal arbustivo robusto con enormes flores sencillas de 5 cm de color violeta-carmesí. Las flores, dulcemente perfumadas, se abren en junio y son seguidas por grandes escaramujos del tamaño de un tomate Cherry. Excelente como seto y en borduras mixtas. Altura y extensión: 1,25 x 1,5 m.
► Rosa persica ‘See you in Red’
Este híbrido de Rosa persica se caracteriza por su follaje brillante y resistente a enfermedades. Es un rosal arbustivo espinoso, de crecimiento vertical compacto, que produce abundantes flores sencillas de color blanco cremoso con ojo carmesí a mediados de la primavera y en verano. Altura y extensión: 40 x 60 cm.
► Rosa “Kew Gardens”
Un rosal arbustivo que produce, casi continuamente desde principios de verano hasta otoño, pequeñas flores sencillas con ligera fragancia, sostenidas en cabezas muy grandes. Los capullos de color melocotón se abren en nubes de flores de un blanco puro, con un delicado toque de limón suave detrás de los estambres. Una delicia de rosa, ideal para jardines campestres, aunque su crecimiento delicado y casi sin espinas hace que sea también un rosal perfecto para cultivar en macetas y contenedores. Altura y extensión: 1,25 x 1,25 m.
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