Son polinizadas por insectos y, en al menos tres especies, existen patrones de reflexión ultravioletas lo suficientemente diferentes como para permitir la discriminación del polinizador.
Los patrones visuales (guías de néctar) de las plantas se pudieron establecer utilizando las flores liguladas de una especie de Rudbeckia. Ese néctar invisible al ojo humano, pero a cuyos patrones responden los insectos polinizadores.
El género Rudbeckiaestá formado por 25 especies herbáceas, anuales, bianuales o perennes, la mayoría nativas de diferentes regiones de norteamérica. Pelos ásperos en tallos y hojas. Diminutas flores (flósculos) agrupadas en un cono central prominente de color marrón oscuro casi negro (de ahí el nombre común en inglés (Black-Eyed Susan), aunque las hay también con “ojos” color pardo. Estilos alargados y lígulas que son normalmente de color amarillo o naranja y en algunos casos tienen manchas rojizas. Con el paso del tiempo, el receptáculo a veces es cónico, pero también puede ser convexo.
La especie Rudbeckia hirta y sus diferentes cultivares podemos encontrarlos en jardines de todo el mundo, debido a su excelente comportamiento y la facilidad con la que se naturalizan. Florecen desde finales de primavera hasta agosto y son excelentes para crear praderas de silvestres y una buena elección en el diseño de plantación de obras civiles.
Como planta cultivada, las diferentes selecciones de Rudbeckia hirta se distinguen en función de tres características: la altura de la planta, el color de la cabeza floral y el número de lígulas (inflorescencias simples o dobles). No tienen un aspecto uniforme, pero todas son bonitas, de eso no cabe duda, y todas muy compuestas… (asteráceas). En las imágenes se muestran diferentes cultivares de la serie «Toto» de Rudbeckia hirta, con porte más compacto. Locos por las compuestas, locos por la Rudbeckia.