Russelia equisetiformis |
Coralillo, lluvia de coral, lágrimas de Cupido, lágrimas de Júpiter, lágrimas de amor, planta de coral… Las ruselias (Russelia equisetiformis) son citadas con mil y un nombres comunes que hacen más asequible su identificación, claro que, también poseen un buen número de cualidades que invitan a utilizarla en jardinería sostenible en regiones de clima mediterráneo típico, donde apenas requieren cuidados, florecen profusamente y puede llegar a tolerar sequías suaves.
Russelia equisetiformis y Teucrium fruticans |
Producen inflorescencias terminales con flores tubulares de color rojo coral que miden hasta 3 cm de longitud y cuyo néctar es un manjar para mariposas y, especialmente, colibríes. En estas latitudes sus flores son visitadas por abejas, mariposas y sírfidos, pero no produce frutos –pequeñas cápsulas sin valor ornamental– debido a la falta de colibríes, sus polinizadores naturales.
Flores tubulares de Russelia equisetiformis |
Su rápido crecimiento, denso follaje y fácil cultivo ha convertido a esta planta en una perfecta candidata para cultivar en jardines ubicados en regiones de clima mediterráneo típico, es decir, el que se da en la mayor parte de la costa mediterránea, donde tolera sequías suaves, aire marino y suelos calizos. En Valencia se cultiva en algunos jardines históricos quizás desde hace más de 100 años.
Conviene plantarla entre en otoño o primavera, evitando los meses de más calor. Necesita exposiciones soleadas, suelos frescos, ricos en materia orgánica, bien drenados y con riego regular, especialmente en verano, pero dejando que el suelo se seque entre riegos. Soporta las heladas suaves (hasta -7 °C), aunque en ese caso puede llegar a perder la floración y la parte aérea, que volverá a salir en primavera. Es una planta sin problemas graves de plagas o enfermedades y se puede reproducir a través de esquejes de punta en primavera.
Las ruselias se usan con frecuencia para para cubrir taludes, para cultivar en la parte alta de muros y como setos irregulares. Además, resulta muy decorativa cuando se cultiva en macetas colgantes o contenedores altos situados en terrazas, balcones o patios, pero, en este caso, no hay que olvidar que el riego es fundamental para evitar que el sustrato se seque y conseguir que la planta prospere y florezca profusamente.
Russelia equisetiformis |