Una burla, un juego, como sombras chinescas. Un viejo poste de madera para tendido telefónico, esta mañana ha querido recuperar por unos instantes su origen.
Por arte de magia, bueno, por arte del Sol, sus luces y sus sombras; y una Podranea ricasoliana (Bignonia rosa, Arbusto de Pandora) que asomaba por encima del muro, el viejo poste de madera ha jugado a convertirse de nuevo en un árbol. Nada es lo que parece, o tal vez sí, en cierto modo.