Cómo no iba a volver a la Alhambra. A la Alhambra se vuelve siempre. El pintor valenciano Joaquín Sorolla (1863-1923) viajó por primera vez a Granada en 1909 y volvíó tres veces más. Ahora, parte de su obra regresa a la Alhambra. Y lo hace gracias a la exposición temporal que acaba de inaugurarse en el Museo de Bellas Artes de Granada (Palacio de Carlos V. Conjunto monumental de la Alhambra y el Generalife): Sorolla. Jardines de Luz
Supongo que es inevitable para cualquier artista, desear sentirse unido indefinidamente a esos lugares tan inspiradores, a no separarse del todo de su magia y encanto, como le sucediera en su día a los pintores Románticos del siglo XIX y posteriormente a Matisse y hasta a David Hockney. Y qué mejor forma de unirse a ellos que a través de sus cuadros.
En esta exposición se refleja un momento crucial en la vida creativa de Sorolla. En su madurez, cansado de trabajos por encargo, da rienda suelta a su fascinación por los jardines que, unida a su encuentro con Andalucía, hacen que su obra se remodele en sus últimos años, al tiempo que utiliza esos encuentros como fuente de inspiración que reproducirá en el diseño de su propio jardín, en la casa que construye en Madrid a partir de 1911.
Los jardines de luz que inspiran esta exposición, están estructurados en cinco secciones, que dibujan el recorrido del artista en su búsqueda de un jardín inspirador: La Tierra, El Agua, El Patio, El Jardín y El Jardín de Sorolla.
Se puede apreciar la luz y el silencio en los patios bañados por el sol, el cromatismo, los reflejos del agua y hasta su rumor corriendo en una fuente, los pequeños rincones, la brisa. Y, como no, las vistas, esas que no podía disfrutar el mendigo ciego que inspiró los versos del poeta mejicano, Francisco de Asís de Icaza, y que hacían referencia a la vista que ofrece la ciudad desde la torre de la Pólvora en el Jardín de los Adarves, en la Alcazaba.
‘Dale limosna mujer | que no hay en la vida nada |como la pena de ser ciego en Granada’
Granada está de suerte, tiene a la Alhambra y ahora, hasta el 14 de octubre, tiene también a Sorolla . Habrá que pensar seriamente en visitarla. Si no podemos, la exposición se trasladará al Museo Sorolla de Madrid el próximo otoño. Hay que buscarla, hay que perseguir como sea a Sorolla y sus jardines de luz.