No es fácil describir a Steve Martino sin dejarse algo en el tintero. Uno de los mejores arquitectos y paisajistas contemporáneos, que en su momento tuvo que luchar para conseguir algo que hoy en día, afortunadamente, es aplaudido: que se aceptaran sus proyectos, en los que utilizaba exclusivamente plantas nativas, característica que, por otro lado, ha contribuido a que pueda ser considerado también el mejor ecólogo paisajista contemporáneo. Sus premios comenzaron a llegar en 1988 y no ha dejado de recibirlos hasta ahora. Su reconocimiento internacional es un hecho.
El jardín no solo tiene que satisfacer los gustos y necesidades del cliente, sino que también debe acomodarse al ambiente natural. Ese fue su punto de partida desde el comienzo de su carrera. Las plantas nativas, como es lógico, tienen menor demanda de agua y fertilizantes que, considera, tienen más sentido su uso en el huerto, para el cultivo de alimentos.
El jardín como una forma de arte
Piensa en el jardín como una forma de arte. Su pretensión es que sus jardines se conviertan en una yuxtaposición del hombre y la naturaleza. Se confiesa fanático de la conexión de los interiores con el exterior y en su caso, reside en Phoenix, en el estado de Arizona, el exterior es el desierto. Las plantas nativas en sus jardines parecen cobrar vida. Plantas suculentas que se mezclan en jardines en los que el sol es el siguiente protagonista, ese sol del desierto (Phoenix también es conocida como el Valle del Sol), fuerte hasta el punto de ser utilizado como si se tratara de un elemento de construcción más. A esos dos “ingredientes” hay que sumarle el color, el agua y el uso eficiente de los materiales de construcción.
La primera vez que hablé de Steve Martino fue en el artículo que hacía referencia a las chumberas (Opuntia máxima Miller) y su control en España. Algo así como “ni contigo, ni sin ti”. Un tema algo polémico, que intenté abordar en esa entrada “Son grandes las chumberas” dejando constancia de ambos puntos de vista, todos validos y nada contradictorios, aunque a primera vista lo parezcan. En ese artículo hablaba de uno de los múltiples usos que tiene la chumbera y el ejemplo de la cubierta en el tejado construida con palas de chumbera que construyó en una casa de Arizona en 2011. Todo un invento.
Su dilatada carrera da para un gran número de jardines, numerosas imágenes y multitud de colores, aunque el rojo y el azul robarán protagonismo incesantemente al amarillo y el verde. Os dejo con jardines sostenibles, con arte y belleza, con colores planos pintados en el desierto de Arizona. Espero que os guste. Feliz fin de semana.