Autosiembra y colonización, efectos de pradera, colores vivos. Un estilo marcadamente naturalista. En 2011 el Garden Museum de Londres realizó una exposición sobre los tres hombres que iniciaron y dieron forma al movimiento conocido como Dutch Wave: Piet Oudolf, Henk Gerritsen y Ton ter Linden. Hablamos de la nueva ola en el diseño de jardines que tuvo su origen en Holanda y cogió fuerza y altura en Inglaterra.
Uno de esos tres creadores de jardines, Ton ter Linden, tuvo posibilidad de adquirir en ese momento fama internacional mediante la creación de jardines y parques, como hizo Piet Oudolf. Pero Ton no quiso abandonar su casa y su jardín. Ahora, después de cincuenta años de arte en el jardín, su última creación, Atelier Ton ter Linden, está a la venta.
Ellen van der Peet, editora del blog Groen Journalistiek, ha publicado hace unos días una entrevista que realizó recientemente a Ton ter Linden (Amsterdam, 1935) y su compañero, el fotógrafo Gert Tabak (Meppel, 1956), durante una visita a su casa y jardín.
Es una entrevista realmente entrañable, con testimonios que hacen reflexionar y ver las cosas en perspectiva, a un creador que, a punto de cumplir los 80 años, continúa trabajando en el jardín, con la única ayuda de una persona que acude una vez a la semana. Unas semanas después de esa entrevista, Ellen supo a través de Gert Tabak que la casa y el jardín se habían puesto a la venta.
Pintor y creador de jardines a partes iguales, es conocido como el “Monet Holandés” por su capacidad de crear paisajes impresionistas. De hecho, la famosa arquitecto paisajista holandesa, Mien Ruys, visitó en una ocasión los jardines Ton ter Linden en Geldings y cuando vio las fronteras de plantas comentó que se le podía considerar también el Mozart holandés, por su capacidad de crear esas combinaciones sin ninguna formación en horticultura, del mismo modo que la música estaba en la cabeza de Mozart, quien fue capaz de componer siendo joven y sin tener estudios.
El concepto que más claramente ayuda a entender la forma de trabajar de Ton ter Linden lo define él mismo en una sola frase: las fronteras tiene que tener una lógica, como si fuera la propia naturaleza quien las creara.
Parece fácil, pero todos sabemos que no lo es tanto y que para ello juega un gran papel la intuición, esa que parece haber acompañado a este gran paisajista a lo largo de su carrera. No hay libros ni técnicas que puedan sustituir el don de adivinar las plantas que van a funcionar juntas, además de crear una paleta de colores hermosa.
Ton ter Linden ha pintado toda su vida, pero su gran obra, sin duda, ha sido el primer jardín, ese jardín naturalista creado en 1971 de forma intuitiva en Ruinen, una zona rural de Drenthe, Holanda. La primera persona que reconoció su talento, Anne van Dalen (1918-1992), le brindó la oportunidad de crearlo y con él vino el merecido reconocimiento como uno de los precursores del movimiento Duth Wave. En un terreno abandonado de 1, 5 hectáreas, Ton se subió al único árbol que había, un viejo manzano, y desde ahí dibujó en su mente cómo sería el jardín, donde juntó de forma magistral plantas de flor con una deliciosa combinación de colores, junto con gramíneas ornamentales y rosas. Sí, también había rosas en ese jardín.
En 1980 se abrió al público, 6 días a la semana durante 5 meses al año. Le dio fama y llegó a tener 16.000 visitas al año. Pero a ter Linden le agotó ver ese jardín ocupado por personas sin sensibilidad y pisoteado por los tacones de algunas visitantes. Ya no tenía sentido aquella exhibición, porque quienes acudían no eran en absoluto amantes de la jardinería.
Ese tiempo ya ha pasado. El jardín cerró en 1999. Ter Linden dejó Ruinen y creó, junto con Gert Tabak, un jardín muy similar pero más pequeño en De Veenhoop. Atelier Ton ter Linden, abierto al público pero de manera ocasional, le permitía disfrutar de visitas de personas realmente implicadas con el arte de la jardinería.
Pero el jardín es difícil de mantener. Parece ser que han tirado la toalla y decidido ponerlo a la venta. La casa y el jardín, claro, porque el arte y la capacidad de emocionar eso ya nadie se lo puede quitar a Ton ter Linden, ni tampoco el reconocimiento como uno de los tres creadores del Dutch Wave, el movimiento holandés en el diseño de jardines que le plantó cara al estilo inglés.
Mi agradecimiento a Ellen van der Peet por facilitarme el acceso a la información y fotos de la más que interesante entrevista. Todo un testimonio de un gran creador e impulsor de la nueva ola en la jardinería moderna. Todo un privilegio, sin duda.