Un paseo botánico por el Prado es el nombre del nuevo itinerario temático del Museo del Prado, que permite un acercamiento a su colección permanente. A través de un sugerente recorrido expositivo, su comisario, Eduardo Barba, nos descubre hasta qué punto la botánica es una parte relevante del relato.
En este itinerario botánico del Museo del Prado, Eduardo Barba, jardinero e investigador botánico en obras de arte, guía a los visitantes por veintiséis obras de encumbrados autores, entre ellos, Patinir, Fra Angelico, Tiziano, Velázquez, Rubens y Zurbarán. Son obras de la colección permanente del museo, en cuyo recorrido Barba nos invita a contemplar con sus ojos cada pintura, ayudándonos a descubrir más de cuarenta especies botánicas y su significado en cada contexto. Es su especialidad y, por lo tanto, siempre lo realiza con verdadera maestría, tal y como se ha podido apreciar en estos últimos años a través de los directos compartidos por el Museo del Prado en su cuenta de Instagram.
Jardinero, investigador botánico en obras de arte y mucho más
Aunque es ya bien conocido por todos los amantes del arte, la jardinería y la botánica, y puesto que es el maestro de ceremonias en este recorrido expositivo, no está de más recordar que Eduardo Barba es jardinero, paisajista, profesor de jardinería, conferenciante e investigador botánico en obras de arte. También nos ha entusiasmado con varios libros en los que habla, con textos frescos y lúcidos, de las plantas en diferentes escenarios. Libros que ya comenté en su día y que podéis consultar en los enlaces que figuran a continuación.
- El Jardín del Prado. El paseo botánico de Eduardo Barba por las obras de los grandes maestros
- Una flor en el asfalto, o cómo 50 hierbas urbanas parlantes y algo descaradas nos cuentan su vida
- El paraíso a pinceladas, un recorrido por 30 jardines pintados
Está especializado en identificar las plantas que aparecen en las obras de arte para colecciones nacionales y extranjeras, aunque gran parte de su actividad de investigación botánica, ya sea a través de artículos en catálogos, directos en sus redes sociales o en conferencias, la desarrolla en el Museo del Prado.
Además, cada semana escribe y habla de jardinería en prensa y radio. Los domingos en su columna del periódico El País (Cuaderno del Jardinero), y los martes en el programa matutino Hoy por Hoy de la Cadena Ser (Meterse en un Jardín).
Un paseo botánico por el Prado recorre un amplio abanico temporal que abre con Patinir
La representación de flores y plantas en las obras de arte se presentan cargadas de simbolismo en este paseo por el Prado que recorre un amplio abanico temporal, desde la escultura romana hasta comienzos del siglo XVIII. Un recorrido donde cada época representa las plantas de una forma diferente, con mayor o menor atención al detalle y a la fidelidad botánica.
Un paseo por el Prado se inicia con Descanso en la huida a Egipto, obra pintada por Joachim Patinir entre 1518 y 1520 que se puede ver en la sala 55A del Museo del Prado. No es algo casual, ni mucho menos. Cuando Eduardo Barba fue por primera vez con su libreta para apuntar las plantas de las obras del Prado, comenzó en la sala donde se exponen las pinturas de Patinir, y fue precisamente esa obra la primera que analizó.
Lo cierto es que ese pintor flamenco tiene un significado especial para Barba, algo que comenté en su día al hablar de la conferencia Patinir botánico. Las plantas del Paraíso y del Infierno. Ver más en: El jardinero y las plantas en la colección del Museo del Prado. De hecho, tiene analizadas las plantas de todas las obras del pintor que están expuestas en el Museo del Prado y otros museos de España.
Sentirnos un poco jardineros en el Museo del Prado
Creo que todo apunta a que más de un visitante se sorprenderá del notable simbolismo que desprenden las diminutas y escondidas pinceladas que se aprecian en algunas obras pictóricas del museo, o las referencias botánicas representadas en otros medios. Pinceladas y detalles llenos de significado que sería imposible advertir sin las indicaciones de este hábil investigador botánico, que suele exponer en un lenguaje accesible, y no por ello menos erudito, los detalles botánicos que representan.
«Una simple flor nos puede hablar de la simbología mitológica, religiosa, nobiliaria o costumbrista presente en esas obras. Cada pétalo cuenta una historia. Tan solo tenemos que buscar la siguiente planta y escucharla para sentirnos un poco jardineros en el Museo del Prado» nos sugiere Eduardo Barba.
Muchas obras de arte rebosan de plantas, otras se encuentran escondidas
Barba puntualiza que muchas obras de arte rebosan de plantas, mientras que en otras se encuentran escondidas. En cualquier caso, comenta: «la botánica es una parte indispensable del relato que el artista quiere narrar: hay flores que aluden a la dinastía de la persona retratada, hojas que resumen un sentimiento, árboles que transmiten a la escena cualidades que les son propias».
La pintura Descanso en la huida a Egipto de Patinir, por ejemplo, muestra varias especies vegetales llenas de simbolismo, como el gordolobo (Verbascum thapsus), una planta a cuya vara floral se solía plantar fuego en ceremonias como los funerales, en este caso, explica Barba, en alusión tanto de la muerte de Jesús como de la luz que trae al mundo.
En el Jardín del Edén representado en la obra La Anunciación de Fra Angelico, una de las plantas que señala Barba es la hierba de los pordioseros (Clematis vitalba) que rodea la cintura de Eva y Adan: «una trepadora con la que los mendigos se frotaban la piel para producirse llagas y conseguir más limosnas». Ahora se entiende mejor el nombre vernáculo de esa clemátide.
Pero la botánica se expresa también en otras obras de arte, como es el caso del tablero de mesa Bufete de don Rodrigo Calderón, donde se aprecian diferentes plantas bulbosas que han sido labradas con precisión con piedras semipreciosas. Barba señala como una de las más sorprendentes la flor del tablero de damas (Fritillaria meleagris): «Toda una fantasía de flor», señala. Y lo es, ya lo creo que sí.
En algunos bodegones rebosantes de flores, Barba se detiene especialmente en detalles curiosos de algunas variedades, como es el caso del tulipán con pétalos variegados causados por el virus de rotura del tulipán que se muestra en la obra Florero de Cristal de Juan de Arellano. La obra Bodegón con alcachofas, flores y recipientes de vidrio de Juan van der Hamen y León también tiene flores destacadas, entre ellas las dos inflorescencias en esfera de bola de nieve (Viburnum opulus var. roseum) que aparecen en la parte baja del jarrón.
La flor de cidro (Citrus medica) en la mano de García de Medici que se muestra en la obra de Bronzino puede pasar desapercibida. Sin embargo, Barba nos descubre que tiene un claro simbolismo que alude a la conocida tradición de la familia de los Medici de coleccionar cítricos que cultivaban en grandes macetas de barro.
Son obras de arte, comenta Barba, que dejan constancia de «la fascinante capacidad de observación del medio natural de los artistas». Ellos dejaron la huella de esa capacidad de observación en sus pinturas, y Barba la ha trasladado magistralmente a la contemplación de las obras de arte. A veces parece un mago sacando flores de la chistera.
Un paseo botánico por el prado: un itinerario y una encantadora guía de bolsillo
El nuevo itinerario botánico del Museo del Prado, que se inició el 28 de octubre de 2024 y puede visitarse hasta el 30 de marzo de 2025, viene acompañado de un encantador librito que sirve de guía y pone la guinda a esa experiencia.
Me comenta Barba que está muy satisfecho porque, tanto el itinerario como el libro están gustando mucho. Yo no tenía duda, la verdad. Se trata de una guía de bolsillo del itinerario botánico que fija su atención en treinta especies botánicas representadas en otras tantas obras del Museo del Prado. Éstas incluyen las veintiséis obras del itinerario, además de otras cuatro que no se han podido poner en sala porque son obras muy concurridas, como el Tríptico del Jardín de las delicias del Bosco o El descendimiento de Rogier van der Weyden, esta última con unas pequeñas flores de hierba de San Benito (Geum urbanum), cultivada antiguamente por su carácter protector, flores que resultan difícilmente reconocibles en la pintura sin la ayuda del libro o de su autor. Una maravilla descubrirlas.
Cada una de las treinta plantas que se presentan en el libro Un paseo botánico por el Prado va acompañada de un breve comentario de Eduardo Barba (el mismo texto que aparece en las cartelas de las obras del itinerario botánico) y de una ilustración botánica realizada por Juan Luis Castillo (quien ilustró también el libro de Eduardo Barba El Jardín del Prado), así como de la reproducción completa y en detalle de la obra del museo.
El catálogo Un paseo por el prado se puede adquirir en el propio museo. Si se desea comprar online, está disponible en la tienda del Museo del Prado o en Amazon .
Quienes viven en Madrid o tienen pensado visitar la ciudad en los próximos meses y se sienten tentados a probar esta experiencia, pueden encontrar en esta pagina web del museo toda la información relativa al itinerario temático Un paseo botánico por el Prado, al que podrán asistir gratuitamente los visitantes con entrada al museo.
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