¿Dónde estamos? Pues eso en realidad da igual. En cualquier casa de París, por ejemplo, o en cualquier rincón de Marruecos. En cierto modo, podemos estar donde queramos estar.
Solo hay que imaginarlo y proyectarlo. Imbuirnos de todo aquello que nos permite acercarnos a lo que realmente nos resulta sugerente. Si es así, al final estaremos más cerca de ese lugar en el que queremos estar. Yo hoy quería ver la vida, las plantas y el espacio envueltos de color rosa. Esta terraza, en algún lugar de París, me ha inspirado y quise compartirla con vosotros. Si os gusta, podéis pasar y tomar algo.
Imágenes: Du Côté de Chezvous