El otro día ya mencioné al hablar de RHS Tatton Park, que dicho festival, que finaliza hoy, hace un guiño a los jóvenes diseñadores de jardines, brindándoles la oportunidad de presentar su primer jardín de exhibición en uno de los festivales de la Royal Horticultural Society.
También aclaré que este año se han tenido en cuenta los tres elementos principales que forman parte de los jardines de exhibición: el diseño, la plantación y la construcción. Por ello, a la categoría de diseño de jardín de jóvenes diseñadores, se añadieron otras dos categorías: diseño de construcción de jardines y diseño de plantación.
En las tres categorías, el diseño de los jardines ha correspondido a Caitlin Maclaughlin. Pero quiero detenerme a comentar uno de esos jardines y sus dos jóvenes protagonistas, Karl Crowe y Giulio Passarelli, responsables del diseño de construcción y de plantación, respectivamente, de ‘Let’ em Grow’ Urban Retreat, un jardín de exhibición con el que han obtenido una medalla de bronce en ese festival.
Refugio urbano: déjalas crecer
En primer lugar, quería agradecer a Giulio haberme enviado unas fotos bellísimas, que me han permitido conocer muchos detalles de ese jardín casi del mismo modo que si lo hubiera podido visitar. Espero que a vosotros os suceda lo mismo.
El jardín está inspirado en aquellos espacios urbanos abandonados, donde la vegetación toma el control, colonizando rincones y grietas en paredes o suelo. La idea de su propuesta es destacar que estos lugares son extremadamente valiosos para la biodiversidad, debido a la estratificación densa y compleja de la vegetación. Además, ayudan a absorber la escorrentía del agua de lluvia y reducir el efecto de isla de calor urbano.
Para destacar bien esa idea, no han escatimado en embellecer un supuesto espacio urbano con una intervención minimalista y mucha fuerza en las plantas, con lo que se potencia el mensaje de que cualquier lugar con aspecto abandonado o descuidado, se puede mejorar con una selección de especies vegetales adecuada.
El objetivo es animar a los jardineros a plantearse un enfoque algo menos estricto, dejando crecer la vegetación (de ahí el nombre del jardín: let ‘em grow) para que el jardín se presente con un aire más natural y silvestre, permitiendo que las plantas, nativas o exóticas, broten y se desarrollen con el tiempo con una mínima intervención humana. Esto, comentan, acabará dando más valor al jardín.
Giulio Passarelli se ha graduado en Arquitectura del Paisaje en la Universidad de Sheffield y, lógicamente, está cerca de las corrientes naturalistas en el diseño de plantación de espacios públicos y privados. En la selección de especies de esta propuesta, la flora silvestre y arvense que suele aparecer en los espacios urbanos, contrasta con especies exóticas que refuerzan el interés del jardín.
La estructura vegetalviene de la mano de ejemplares de helechos arborescentes, carpe (Carpinus betulus) y un multi-ramificado ejemplar de Acer. A la lista de plantas se añaden diversas gramíneas, vivaces y otras especies de helechos. Alrededor del Acer, las coloridas herbáceas en flor se convierten en el reclamo de polinizadores y recuerdan que no todo es verde en las praderas.
El efecto invernadero se representa con un espacio, elegante pero vacío, rodeado de vegetación. La construcción se completa con una pavimentación impecable y madera para los cambios de nivel.
Un refugio en la ciudad muy bien simbolizado, que permite comprobar que es posible mejorar determinados espacios urbanos con una mínima intervención.