El otoño es el punto culminante de la temporada de los arces (Acer), gracias, especialmente, a los colores brillantes de los arces japoneses. Pero lo cierto es que hay arces para todas las estaciones.
Los arces (Acer) son principalmente árboles y arbustos caducifolios, con hojas pareadas, a menudo lobuladas, y pequeños frutos alados (sámaras). Son valorados por su atractivo y distintivo follaje que se presenta en una gran variedad de matices. Muchos producen vibrantes colores otoñales, otros también lo hacen en primavera e incluso en verano, y también destacan en invierno aquellas especies con vistosos tallos y cortezas ornamentales.
Género Acer
El género Acer pertenece a la familia Sapindaceae. Existen 150 especies y 60 subespecies aceptadas que crecen silvestres en Europa, el norte de África, Asia y América del Norte.
Aunque el género es fácilmente reconocible, en realidad es muy polimorfo. En primer lugar, las hojas varían de simples a pinnadas y palmeadas. Incluso en el mismo individuo, las hojas de los arces suelen presentar una gran variabilidad de forma y tamaño. Sin embargo, más importante que las hojas para la clasificación de los taxones, es la gran variabilidad de las inflorescencias, flores, frutos.
Lógicamente, esta enorme versatilidad de los arces atrajo la atención de los botánicos, lo que ha llevado a un gran número de monografías y artículos científicos que han contribuido al conocimiento actual del género. No obstante, los expertos consideran que, a pesar de este amplio conocimiento, especialmente en comparación con el de muchos otros géneros de plantas leñosas de la zona templada, todavía hay muchas lagunas y preguntas sin respuesta.
Arces en la jardinería pública y privada
Pero nosotros hoy vamos a aproximarnos a aquellos datos conocidos sobre los arces desde el punto de vista de la horticultura ornamental, es decir, los arces que se cultivan en parques y jardines públicos, así como pequeños, medianos y grandes jardines privados.
Del género Acer se cultivan como ornamentales en jardines numerosas especies, a las que hay que sumar un buen número de cultivariedades e híbridos, que son estimadas principalmente por las tonalidades rojas de sus hojas en otoño; también como árboles de sombra o bonsáis y, ocasionalmente, como especies forestales.
Son esos arces que vemos en muchos parques y jardines públicos; los que se cultivan en pequeños, medianos o grandes jardines privados; y también los que se plantan en macetas o contendedores para poder disfrutarlos en balcones y terrazas.
Efectivamente, hay arces para todos los gustos y para diferentes situaciones. Los arces más grandes se convierten en excelentes ejemplares para jardines medianos y grandes, mientras que los populares arces japoneses, al ser árboles más compactos, a menudo de porte arbustivo, son adecuados para los jardines más pequeños y para el cultivo en contenedores. Hoy quería echar un vistazo al universo de los arces agrupándoles en función de esas dos características.
Arces más grandes
Son ideales para crear sombra en un jardín arbolado y una buena opción para jardines más grandes, ya que necesitan espacio adecuado para crecer de manera uniforme.
En este grupo se encuentran arces cultivados de especies como Acer Nigrum, A. davidii, A. griseum y A. negundo. También se incluyen en este grupo especies ibéricas como Acer platanoides, A. pseudoplatanus, A. campestre, A. opalus, A. monspessulanum, muchos de ellos habituales en nuestros parques y jardines públicos.
Se trata de árboles que alcanzan desde 12 a 20 metros de altura, a menudo con corteza marcada o pelada de forma atractiva, que les da un interés especial durante el invierno.
El follaje puede ser especialmente atractivo al emerger la primavera y, nuevamente, a menudo tienen un color espectacular antes de caer el otoño.
Las especies de arces más grandes funcionan mejor en un suelo ligeramente ácido, aunque crecen bien en la mayoría de los suelos siempre, que no estén demasiado húmedos o secos. Una posición al sol o sombra ligera es adecuada. Una vez establecidos requieren poca atención y apenas necesitan poda. Se propagan comercialmente por injerto.
Precisamente en este grupo se incluiría el famoso arce azucarero (Acer saccharum), el emblema de Canadá, que, como algunos otros arces, produce una savia dulce que se hierve para producir jarabe de arce.
Arces japoneses
Hay mucho que aprender sobre los arces japoneses, ya que este grupo diverso de árboles ornamentales ofrece una amplia selección de tamaño, color, forma, follaje y posibles usos. Dependiendo del tipo, algunos son claramente erguidos, mientras que otros se extienden más e incluso en el caso de los pequeños árboles, de no más de 2 metros de altura, caen en cascada.
Son los más adecuados para jardines pequeños y para cultivar en terrazas o patios. En este grupo se incluyen los arces cultivados de especies como Acer palmatum y sus numerosas cultivariedades; y A. japonicum.
En todos los casos, agregan una belleza siempre cambiante a cualquier jardín, creando un paisaje cubierto de hojas, a veces finamente divididas, de color carmesí, rojo, naranja, amarillo, verde o morado.
Pero el colorido follaje no solo se da en otoño, ya que existen muchos cultivares con vistosas hojas de color rojo brillante, amarillo melocotón o rosado en primavera (Acer palmatum ‘Chitose-yama’ y Acer palmatum ‘Katsura’ son un buen ejemplo), incluso algunas ofrecen interesante follaje en verano. Las flores, que surgen en primavera, son rojas y le siguen frutos de color verde en otoño.
El sistema de raíces no invasivo de los arces japoneses tiene claras ventajas sobre otros árboles. Se pueden plantar donde el espacio es limitado, o como un acento para el césped o paisaje. Pueden servir como punto focal, y son especialmente adecuados para plantarse en un contenedor o usarse para acentuar una entrada.
Cultivo de los arces japoneses
Una vez que hemos elegido la variedad que más se ajusta a la ubicación que queremos darle, los arces japoneses son muy fáciles de cultivar.
La fecha ideal para plantarlos está de octubre a marzo, situándolos mejor en una posición fresca. Dependiendo de la variedad, los arces japoneses se pueden cultivar a la sombra, o el sol de la mañana y la sombra de la tarde.
Funcionan bien en suelos arenosos y en los arcillosos. Necesitan un riego regular, pero siempre que tengan buen drenaje, porque no soportan crecer en suelos encharcados. Si utilizamos fertilizante, tiene que ser bajo en Nitrógeno.
Los vientos fríos y cargados de escarcha a finales del invierno y principios de la primavera pueden quemar las hojas jóvenes, por lo hay que evitar una posición donde el sol de la mañana los golpee después de una noche con helada.
Generalmente necesita poca poda, ya que forman naturalmente un marco bien ramificado y, de hecho, se pueden estropear con una poda más severa. No obstante, una poda ligera ayudará a que crezcan más rápido.
A finales del invierno o principios de la primavera se deben eliminar los brotes enfermos, dañados, congestionados o cruzados. Los brotes que crecen en direcciones no deseadas también se pueden eliminar. En cualquier caso, el truco principal es nunca cortar más del 45% del árbol.
Se puede cultivar a partir de semillas, pero generalmente se compran como árboles injertados.
Todo un universo de plantas, arboles y arbustos altos y bajos, con follaje más o menos colorido, capaces de ofrecer una buena sombra o llenar de belleza cualquier espacio. Son muchas las posibilidades de elección y seguro que tenemos alguna que se ajuste a nuestras necesidades. Habrá que verlo con más detalle en otra ocasión.
Fotos: Fernando Ruz, RHS, Clive Nichols y Jason Ingram
TEMAS RELACIONADOS