Panículas de pequeñas flores en tonos lila-púrpura que adoran las mariposas y que parecen flotar sobre largos y ligeros tallos. Sin duda, Verbena bonariensis, también llamada verbena alta, es única a la hora de aportar un toque de frescura y ligereza a los macizos y borduras de herbáceas, donde siempre triunfa en compañía de otras plantas vivaces, algo que muchos paisajistas y jardineros saben apreciar bien.
Verbena bonariensis: una verbena alta
Sin duda, las inflorescencias de todas las especies del género Verbena son llamativas porque, a pesar de que sus flores son diminutas, éstas se reúnen en vistosas espigas y panículas estrechamente agrupadas que le otorgan su característico atractivo.
Amni visnaga, Verbena bonariensis y Stipa gigantea (ahora Celtica gigantea) en el Urn Garden
Pero si hay algo que llama especialmente la atención cuando hablamos de la especie Verbena Bonariensis es su porte ligero, ya que sus tallos delgados pueden llegar a alcanzar de 1,25 a 1,80 metros de altura, una cualidad que da mucho juego en el diseño de plantación de jardines, especialmente aquellos de estilo naturalista y aire silvestre.
Planta vivaz nativa de Sudamérica
Verbena bonariensis –también conocida como verbena patagónica, verbena argentina, verbena brasileña y verbena alta, entre otros nombres vernáculos– es una planta herbácea perenne de hoja caduca, o semiperennifolia si se cultiva en climas cálidos, de floración estival.
Su distribución nativa se encuentra desde el sur de Brasil y Bolivia, hasta Argentina y Chile. Claro que, con el paso del tiempo, esta verbena se ha introducido y naturalizado en muchas regiones de clima templado del mundo, llegando incluso a estar considerada planta exótica invasora en California, Texas, Australia y el sur de África.
En aquellas regiones con climas más fríos, esta verbena se comporta como anual, ya que su resistencia se sitúa entre -12,2 a -6,7º C y las fuertes heladas pueden llegar a matar la planta. Sea como fuere, lo cierto es que Verbena bonariensis tiene la particularidad de que se autosiembra profusamente, por lo que, una vez que entra en el jardín, casi con toda seguridad estará presente cada temporada.
Cultivadas como ornamentales desde 1726
Las plantas de Verbena bonariensis fueron cultivadas por primera vez como ornamentales de jardín en 1726 por los botánicos ingleses James y William Sherard, quienes obtuvieron las semillas de un espécimen seco enviado a Inglaterra desde Buenos Aires.
Verbena bonariensis una planta esbelta, con hojas dentadas en forma de lanza que forma una mata poco densa en la base de la planta. Tanto el anverso como el reverso de las hojas están recubiertos de pelos rígidos que le dan un aspecto áspero al tacto.
Desde mayo a julio, y de nuevo en otoño, produce panículas de pequeñas flores de color lila-purpura que parecen flotar sobre tallos largos y aireados, y cuyo rico néctar tienta a las mariposas y a algún que otro insecto polinizador más, a los que atrae.
Plantar a pleno sol en suelo bien drenado
Hay que plantar Verbena bonariensis a pleno sol, ya que no florecerá a la sombra. Aunque es indiferente al tipo de suelo (calizo o silíceo) y tampoco tiene tendencia limitante en cuanto al pH, lo que sí es importante es que se plante en un suelo húmedo, pero bien drenado, un requisito indispensable para cultivar con éxito esta esbelta verbena, que tiende a pudrirse en suelos muy húmedos.
Puede crecer aceptablemente en suelos pobres, aunque prosperará cuando se cultiva en suelos fértiles ricos en materia orgánica.
Plantas rústicas que disfrutan del calor
También es bueno saber que Verbena bonariensis disfruta del calor y es una planta rústica bastante tolerante a la sequía, por lo que no requiere riego una vez que la planta se ha establecido (a menos que no llueva), pudiendo soportar períodos de entre dos y tres meses de sequía estival.
En lo que se refiere a plagas y enfermedades, apenas tiene problemas, aunque las hojas pueden verse afectadas a veces por el mildiu polvoriento, algo que no perjudica a la floración de la planta.
Altas, pero muy delgadas: mejor en grandes grupos
Esta verbena alta es también delgada, por lo que suele ser recomendable plantarla en masa, o de lo contrario pasará desapercibida.
No obstante, aunque se plante en grandes grupos, su cualidad no es la de proporcionar un fondo, como lo harían otras plantas anuales o vivaces altas, sino más bien mezclarse con otras plantas, ya que su porte ligero permite que se puedan ver a través de ella. Por cierto, una ventaja de esta verbena es que, a diferencia de muchas otras plantas herbáceas altas, es poco probable que se incline, gracias a sus tallos rígidos.
Prolongar la floración
Si en verano se observa que las plantas están muy crecidas, se puede controlar el crecimiento cortándolas a media altura en el mes de julio. Con ello se consigue que rebroten y florezcan hasta finales de octubre, alargando con ello el periodo de crecimiento y floración.
Al ser una planta vivaz que pierde su parte aérea pasada la floración, le puede venir muy bien una poda a finales del invierno, cortándola a ras de suelo, o dejando los tallos a una altura de unos 10 centímetros. Si se desea, se puede propagar por semillas en otoño o por esquejes de punta en primavera.
En el jardín
Las plantas de Verbena bonariensis tienen muchos lugares donde suelen ser muy bien recibidas por otras plantas vivaces. Jardines de grava, jardines estilo cottage, plantaciones estilo pradera, borduras y macizos de herbáceas y jardines costeros son algunos de ellos.
Es interesante tener en cuenta que es una buena opción para la parte delantera o central de los macizos y borduras de herbáceas, ya que, como he comentado antes, a pesar de ser alta, su ligereza permite que se pueda ver a través de ella, dando la apariencia de que sus flores simplemente están flotando entre las otras plantas, uno de los grandes encantos de Verbena bonariensis.
Fotos: Clive Nichols y Beth Chatto’s Plants and Gardens
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