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XEROJARDINERIA

Jardines que consumen poca agua
El concepto de xerojardineria
Con la llegada del calor es importante aumentar el riego en jardines y zonas verdes, en algunos casos también puede ser un buen momento para plantearse… ¿está nuestro jardín bien diseñado? ¿las plantas de mi jardín están adaptadas al clima?¿tengo un exceso de superficie de césped?… la respuesta a estas preguntas ha motivado la aparición de xerojardines, o jardines que consumen poca agua extra, es decir de riego auxiliar que no es la estrictamente agua de lluvia.
Jardín con especies de poco consumo

El concepto de xerojardineria se desarrolló en los Estados Unidos en 1981, debido en parte al aumento de las sequías y el crecimiento de la superficie de jardines entendidos como praderas verdes, la jardinería, principal afectado por las restricciones de agua, debía adaptarse a la nueva situación. En 1986 se creó el National Xeriscape Council, organización no lucrativa, que estableció la marca comercial Xeriscape TM. Xeriscape viene del griego “xeros” (seco) y del inglés “landscape” (paisaje, jardín).

Pero ¿qué es un xerojardín?, aunque se confunde en ocasiones con un jardín lleno de cactus y chumberas, de aspecto seco, sin césped, dominado por los colores terrosos y marrones, el concepto de xerojardín se acerca más al de sostenibilidad que al de secarral, prácticamente cualquier tipo de planta, cuando está situada en el lugar correcto y bajo un mantenimiento adecuado, puede ser utilizada en xerojardinería. En el jardín de bajo consumo de agua tienen cabida, como podremos descubrir, infinidad de especies y diseños muy atractivos.
La xerojardinería se basa en el uso eficiente y no despilfarrador del agua, por lo que el uso de especies autóctonas es adecuado ya que de modo natural son consumidoras eficientes en agua.
Aprender del paisaje natural que nos rodea es la clave. De hecho, la mayoría de nuestros jardines históricos, admirados por su belleza, tienen mucho de xerojardines: poseen una gran cantidad y variedad de árboles y arbustos y pocas praderas de césped, y utilizan en general, especies pocos exigentes en cuanto a riego.
Adaptar estos conocimientos al diseño de nuestros jardines y nuestras terrazas nos puede ayudar bastante, no sólo a ahorrar agua sino también a controlar los trabajos en el jardín, pues sucede habitualmente que cuando las especies no están bien elegidas o no son aptas para el lugar elegido requieren muchos más tratamientos y cuidados de nuestra parte.

Andrea G.Padín y Javier Palacios,

Paisajista y Arquitecto en LaHabitacionVerde

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